En 1806 Napoleón Bonaparte designó un militar dentro de la Misión Diplomática en Austria. Nacía ahí, y en ese momento, la figura de Agregados Militares. Austria, a su vez, nombró Agregados Militares en 1809; Prusia en 1830; el Reino Unido en 1855 y Estados Unidos en 1889. Empezó a extenderse la práctica con intención de que recopilasen información de interés para su país. Ciertamente, uno de los objetivos de una Misión Diplomática y los integrantes del Servicio Exterior es captar información de utilidad para sus países. La Convención de Viena de 1961 es clara y precisa al señalar que la búsqueda de información tiene que centrarse en aquella pública y abierta de manera de evitar quebrantar la ley en el país anfitrión.
Potencias, con intereses globales, frecuentemente nombran más de un oficial en sus agregadurías. A veces tienen un Agregado Militar, un Aéreo y uno Naval bajo las órdenes de un agregado principal. La República Dominicana, país pequeño, tiene un muy reducido cuerpo de agregados militares asignados a no más de 12 países con los cuales tiene acuerdos de cooperación militar. En algunos casos son nombrados con residencia en un país y concurrentes en otros cercanos. El Agregado Militar es parte integrante del Servicio Exterior del país, aunque la responsabilidad de su nombramiento recae en la Dirección de Inteligencia del Ministerio de Defensa. Esa correlación institucional es muy usual universalmente.
El Ministerio de Defensa decidió que a partir de este año ningún Oficial Superior salga a asumir una Agregaduría Militar sin haber pasado por un Diplomado en el cual se le imparta durante cinco semanas, con unas 140 horas de práctica docente presencial, un conjunto de materias e información imprescindibles para que pueda representar dignamente a su institución y en especial al país, cumpliendo con los objetivos estratégicos que se le definan y, especialmente, con aquellos comprendidos en la Estrategia Nacional de Desarrollo. Se les entrena en normas diplomáticas y protocolares, en geopolítica universal, regional y de cada país para donde van a desarrollar su trabajo; se dan técnicas de negociación realizándose, incluso, un taller práctico de negociación. Los agregados militares, como todos los componentes del Servicio Exterior, tienen un trabajo que realizar para el bien y desarrollo del país. Los Oficiales Superiores que han sido designados son una muestra de la nueva realidad de profesionalización de las FF. AA.: son profesionales universitarios y varios de ellos egresados de la Maestría en Seguridad y Defensa.
El Ministro de Relaciones Exteriores quiso estar presente en la apertura del Diplomado destacando que esa iniciativa se inserta en el nuevo estilo de trabajo que está promoviendo la Cancillería y que institucionalizaría en el Foro diplomático que empezaría unos días después y que ya es conocido ha sido de gran relevancia para la nueva política exterior.
Desde hace dos años se tenía en plan impulsar éste proyecto y al poder ponerlo en práctica ahora el Ministerio de Defensa y su Dirección de Inteligencia, sinceramente, están haciendo historia.