Agresión de neonazi evidencia en Grecia la violencia de la extrema derecha

Agresión de neonazi evidencia en Grecia la violencia de la extrema derecha

ATENAS. AFP. La agresión de un diputado del partido neonazi Chryssi Avghi (Aurora Dorada) contra dos ediles femeninas, en plena campaña electoral y ante cámaras de TV, fue un acto revelador para la opinión pública griega, después de años de tolerancia a la violencia de la extrema derecha.  

Las imágenes del portavoz de ese partido, Ilias Kasidiaris, golpeando tres veces en el rostro a la diputada comunista Liana Kanelli durante un debate televisivo en directo el jueves provocaron conmoción y el clamor del conjunto de la clase política.  

Instantes antes, Kasidiaris había arrojado un vaso de agua al rostro de otra edil, Rena Dourou, del partido de izquierda Syriza.  

El gobierno denunció «categóricamente» un «ataque contra la democracia», a casi una semana de las legislativas del 17 de junio.  

El avance de Chryssi Avghi en la anterior elección del 6 de mayo, y su participación en el diálogo público «lo hicieron salir de la sombra y revelaron su comportamiento fascista, disimulado hasta ahora por su casi-clandestinidad», afirmó a la AFP, Sophia Vidali, criminóloga en la universidad de Tracia (norte).  

Acusado desde hace años por militantes de los derechos humanos por traducir en hechos su discurso xenófobo y antisemita, Aurora Dorada había obtenido un resultado de menos de 1% en las elecciones de 2009, fracasando en su intento de entrar al Parlamento.  

Pero un año después, su dirigente Nikos Mihaloliakos, que se reclama seguidor del dictador fascista de la pre-guerra Ioannis Metaxas y que para la ocasión puso en sordina sus referencias hitlerianas, fue elegido en el consejo municipal de Atenas.  

Beneficiándose al mismo tiempo «de la tolerancia social» y de la complicidad policial, manifestadas en las calles en ataques contra los inmigrantes, Aurora Dorada supo capitalizar «la inquietud y el miedo frente a la ola de inmigración, la crisis económica y el empobrecimiento», estimó Vidali.  

Aurora Dorada apareció en los años 80 pero poco más tarde adoptó un perfil más bajo después de ser implicado en una tentativa de homicidio de un dirigente estudiantil.  

Luego reapareció infiltrando los barrios desfavorecidos de Atenas donde se amontonan los inmigrantes, convertidos así en blancos de recurrentes cacerías humanas.  

El jueves, la Liga Griega de los Derechos Humanos denunció una vez más, en una carta al ministro encargado de la policía, «la impunidad» de que gozan los autores, destacando que estos «crea un clima de miedo».  

Incluso en los escasos recursos ante la justicia, ésta tarda en actuar cuando se trata de violencias de cuño racista.  

A fines de mayo, el proceso contra una candidata de Aurora Dorada -por su presunta participación en un ataque con cuchillo en septiembre de 2011 contra tres afganos- fue postergado por sexta vez.  

El propio Kasidiaris espera ser juzgado por complicidad de robo a mano armada contra un estudiante griego en 2007, pero su proceso que debía comenzar esta semana fue postergado para el lunes próximo.  

De todas maneras no está excluido que los golpes ente las cámaras de Kasidiaris, para el que la fiscalía pidió la detención, «inciten aún más al uso de la violencia», en una sociedad en crisis, destacó Thanassis Diamantopulos, politólogo de la universidad de Atenas.  

«En las redes sociales, las manifestaciones de apoyo a Kasidiaris no faltan», se inquietó.  

No obstante espera «el aislamiento del partido, después del escándalo provocado» y la auto-exclusión de sus representantes de las tribunas de los medios, anunció el jueves.  

«El miedo de la violencia podría jugar el 17 de junio contra el partido, para el cual los sondeos pronosticaban ya un estancamiento, alrededor del 4%, antes del incidente del jueves, estimó.  

La prensa griega tanto de derecha como de izquierda, que durante largo tiempo se mostró indiferente a las salidas de tono de los militantes de la extrema derecha, clamaba este viernes contra un «clima de violencia y de vulgaridad».  

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