En la lucha por la sobrevivencia económica, el agricultor Quintín Morillo Vicente y sus hijos están haciendo un esfuerzo por no dejar que la sequía se coma las 10 mil matas de plátanos que tiene sembradas en esta comunidad.

Cuenta que en esa labor de sacrificio, él y sus 10 hijos llevan unos cuatro meses junto, desde que dejó de llover en la zona, por que tampoco hay agua en la presa Sabana Yegua, cuyo embalse está en su nivel mínimo. Ruega a Dios cada mañana que haya energía eléctrica en la comunidad para poder buscar unos cuantos tanques de agua en los lugares donde hay pozos con bombas sumergibles.

Se queja de que hay muchos apagones en el lugar, por lo que tiene que estar “asechando que llegue la luz para correr a buscar unos cuantos tanques de agua en una camionetica vieja que tengo”. Morillo Vicente contó que el agua está en La Bomba y que tienen que aprovechar “cuando hay un chin de luz” para ir a ese lugar raudo y veloz, antes de que se vuelva a ir la energía eléctrica. Con esa práctica de los galones, trata de salvar por lo menos el 40% (4,000) de las 10,000 matas de plátano que sembró en unas 49 tareas arrendadas por dos años.