Agricultores apuestan y posponen la tasación de la soja en Argentina

Agricultores apuestan y posponen la tasación de la soja en Argentina

Los agricultores de soja en Argentina están jugando a “esperar”, y apuestan así a que podrían estar por llegar mejores precios, pues la moneda del país sigue depreciándose y Estados Unidos y China avanzan hacia un acuerdo comercial.

Según datos del gobierno, los agricultores de la franja arable de La Pampa húmeda han firmado contratos de precio diferido en aproximadamente 75 por ciento de las 11,1 millones de toneladas métricas que han vendido a moledoras y exportadoras hasta ahora. Esta cifra contrasta con el 60 por ciento durante el mismo periodo en 2018.

Los contratos de precios diferidos funcionan de la siguiente manera: los agricultores cosechan los campos y transportan las semillas al puerto.
Sin embargo, establecieron una fecha límite más adelante en el año para fijar un precio y recibir el pago. La cosecha acaba de iniciar, y muchos de los contratos fueron firmados antes de la cosecha.
Argentina es el mayor exportador mundial de harina de soja, la cual se obtiene tras la trituración de la semilla oleaginosa.
Este negocio podría funcionar bien para los agricultores quienes tienen la posibilidad de reunir suficiente dinero en efectivo de otras fuentes para pagar las deudas contraídas durante la siembra.
Este año, muchos agricultores están vendiendo maíz -se prevé que será una cosecha récord- en el mercado al contado para cubrir estas deudas.

Entretanto, están felices de esperar los ingresos de la soja. Esto se debe a que los precios están muy bajos y creen que cualquier avance en las conversaciones comerciales entre Estados Unidos y China los haría aumentar.
La incertidumbre de la demanda tras la decisión de China de despreciar los cultivos estadounidenses ha hecho caer los precios globales.

Peor desempeño. Además de esto, está el peso argentino, la moneda con peor desempeño en el mundo.
Mientras más tiempo puedan esperar los agricultores, más probable es que reciban pesos adicionales frente a sus ingresos de soja en dólares. Esta es una buena cobertura contra la altísima inflación.

La espera podría ser una profecía autocumplida para el peso, desafiando toda expectativa de que la moneda se estabilizará en abril gracias a la llegada de dólares para los cultivos. Esto se debe a que los exportadores no tendrán que vender dólares en el mercado cambiario hasta que sea momento de pagar a los agricultores.

“Es una forma de especular”, dijo Patricio Watson, un agricultor de la provincia de Córdoba, comparando la apuesta de los agricultores por el precio diferido con una noche en el casino.

Los productores también acuden al comercio porque significa que no necesitan pagar por el almacenamiento. Las bolsas de silo cuestan cientos de dólares. También existe el riesgo de que la soja en estas bolsas plásticas se dañen por las lluvias.

Para las moledoras, entre ellas Bunge Ltd. y Cargill Inc., una oferta de soja directa desde los campos pone a girar los engranajes en las plantas, las cuales operan a solo 50% de su capacidad.

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