Agricultura es de nuevo principal obstáculo en negociación OMC

Agricultura es de nuevo principal obstáculo en negociación OMC

GINEBRA (EFE).- Las negociaciones agrícolas, en especial las referidas a los subsidios a las exportaciones y a las preferencias comerciales en favor de algunos países en desarrollo, son el principal obstáculo de las conversaciones que tienen lugar en la Organización Mundial de Comercio (OMC).

“Las preferencias han sido el asunto más controvertido de las negociaciones informales” sobre agricultura celebradas esta semana entre los 148 países miembros, dijeron ayer fuentes de la OMC, que señalaron que hasta “hubo intercambios de palabras fuertes” entre algunos países en desarrollo.

Estos debates, dijeron las fuentes, se han desarrollado en tres etapas que han ido desde la discusión en sesión plenaria de los acuerdos anteriores, al estudio por parte de los especialistas, pasando antes por la opinión de los técnicos.

Las negociaciones en agricultura forman parte de las que tienen lugar en la Ronda de Doha (2001) para profundizar en la liberalización del comercio mundial y con ellas se busca una importante reducción de las tarifas arancelarias en los países más ricos, en beneficio de los que están en desarrollo y de los más pobres.

Ahora esas divisiones sobre las preferencias (un trato de favor comercial dado a las exportaciones de algunos países en desarrollo hacia los mercados de los más ricos y de los que fueron colonia), desunen a aliados tradicionales en las negociaciones sobre la liberalización del comercio agrícola mundial.

En los últimos intercambios, países como Nigeria, Senegal y Jamaica, en nombre de las naciones de Africa, Caribe y Pacífico (ACP) subrayaron las dificultades a las que tendrían que enfrentarse si el sistema de preferencias desapareciese, por lo que pidieron períodos de transición más largos.

Entre ellos, los caribeños señalaron que sus exportaciones de bananas ya han sufrido y que ahora “las negociaciones deberían encaminarse a mantener la estabilidad económica y social de los países pequeños y vulnerables, y preservar algunas de esas preferencias”, dijeron las fuentes.

Sin embargo, varios países latinoamericanos como Costa Rica, Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú y Panamá expresaron “una firme oposición” ante esa postura, pues subrayaron que “las preferencias erosionan el principio básico de la OMC de no discriminación”, agregaron las fuentes.

Algunos de ellos citaron las estadísticas del Banco Mundial (BM) para señalar que “los efectos de las preferencias eran exagerados”.

 En cuanto a los grandes, como la Unión Europea (UE) y EEUU, se limitaron a expresar sus simpatías por los que pierden preferencias, en el caso de los comunitarios, y a la comprensión del problema, en el de los segundos, que también propusieron buscar un mecanismo de transición apropiado.

Las fuentes indicaron que otros países como Brasil y Pakistán, pertenecientes al Grupo de los 20 (G-20) que reúne a economías en desarrollo, pidieron un “acercamiento más global” y la posibilidad de ampliar los períodos transitorios para que las tarifas bajen.

En cuanto a los subsidios a la exportación, concedidos esencialmente por grandes economías como las de la UE, EEUU y Japón, entre otras, hubo duras críticas de los principales exportadores, reunidos en el Grupo de Cairns, sobre todo hacia los comunitarios.

La UE, EEUU, Australia, Brasil e India llegaron a fines de julio de 2004 a un acuerdo marco sobre agricultura que luego se extendió a todos los demás miembros de la OMC y que suponía un compromiso firme para la eliminación de los subsidios a la exportación de productos agrícolas, entre otros.

Otro frente en estas negociaciones agrícolas, consideradas como “la clave para avanzar en los demás aspectos de la negociación”, según dijeron otras fuentes diplomáticas, fue el abierto por Suiza.

La delegación helvética insistió en que el refuerzo de la seguridad alimentaria tiene que avanzar en paralelo a la liberalización de los intercambios agrícolas.

Suiza, en nombre del grupo de países importadores netos (Bulgaria, Corea del Sur, Islandia, Israel, Japón, Liechtenstein, Mauricio, Noruega y Taiwán), consideró que rebajar el apoyo a los agricultores pone en peligro el aprovisionamiento de los importadores.

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