Agro cultura

Agro cultura

Evaristo Rubens.

Ricos-pobres
El economista Isidoro Santana, ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, puso el dedo sobre la llaga, las negociaciones de 1995 que terminaron con la creación de la OMC (Organización Mundial del Comercio), cuya conclusión fue “una derrota notoria para América Latina, al no conseguir grandes avances para que se desmontara el sistema de subsidios agrícolas de EUA, la Unión Europea, Japón, Australia, etc). Esos subsidios a la producción agrícolas de los países desarrollados, junto a las políticas internas que privilegiaban la ciudad frente al campo, fueron responsables de que República Dominicana se fuera convirtiendo gradualmente en importador de muchos alimentos en los que solíamos ser autosuficientes, entre ellos cereales (maíz), lácteos, oleaginosas (habichuela) y productos cárnicos, así como la degeneración de las industria azucarera. Se agudizaron el empobrecimiento relativo del campo y el abandono de múltiples actividades agrícolas. Desde hace años el país importa azúcar y hasta café, productos en lo que fuimos autosuficientes y exportábamos grandes cantidades. Santana, al darle una charla a productores y agroempresarios en la sede de Confenagro, sostiene que “no es cierto que la gente viva peor que antes. Lo que pasa es que todos queremos vivir mejor”.

DR-Cafta
“La tapa al pomo se la puso el DR-Cafta, a mi juicio, una negociación muy pobre, particularmente para nuestra agropecuaria, pues el país se comprometió a ir liberando su comercio para los productos estadounidenses, pero ellos seguirían protegiendo su agricultura, en ningún momento se comprometieron a eliminar subsidios”, de acuerdo al ministro Santana. Para muestra del generoso uso de subsidios en los países desarrollados, un botón: cuando Trump se embarcó en su guerra comercial con China y se temió que las represalias de este país afectasen a los productores norteamericanos, publicó la prensa que el gobierno de EU lanzó un plan de 12,000 millones de dólares para compensar a los agricultores estadounidenses perjudicados por los aranceles de otros países en represalia a los aprobados por el presidente Donald Trump. Evidentemente el Estado dominicano no tiene capacidad para adoptar medidas similares en apoyo del sector agropecuario ni de ningún otro. Pese a eso, el país ha logrado una autosuficiencia alimentaria.

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