Agro Cultura

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Evaristo Rubens.

Precios agro
Los precios de los alimentos de origen agropecuario, que siempre han preocupado a los presidentes y a los ministros de Agricultura, no se bajan ni se equilibran por decretos ni resoluciones en este país. Hay que recordar que en “democracia” la oferta y la demanda determinan los precios que imponen los que rigen la cadena de intermediación, que generalmente ganan mucho, en perjuicio de los productores y los consumidores. Esos grandes beneficios pueden ser reducidos si las autoridades actúan con buen juicio y sentido común.

Pero además, tienen que tener siempre presente que no deben permitir importaciones de muchos de esos productos en tiempos de cosechas para no deprimir los precios de la producción nacional que ocurre con frecuencia y que entonces tienen que poner parches y figurar como salvadores ante la opinión pública.

Este problema se ha repetido con varios productos agrícolas en este gobierno, a lo mejor por falta de experiencia de las autoridades que manejan las importaciones (cebolla, ajo, zanahoria, entre otros).

Se dice que nadie lo sabe todo, pero cuando usted tropieza varias veces con la misma piedra y no levanta los pies, se los desbarata. El gobierno está haciendo cosas positivas en beneficio de la producción agropecuaria nacional, pero la intermediación sigue suelta. Siempre es bueno conversar.

Agricultura
El Ministerio de Agricultura, junto al de Industria y Comercio y el INESPRE, son los responsables de mantener cierto equilibrio en los precios de los alimentos entre los productores, la cadena de comercialización y los consumidores. Eso no es difícil, siempre que haya voluntad.

Las autoridades son las que tienen que tomar la iniciativa cuando algún producto se va a salir de control y se puede poner inalcanzable al consumidor. Hay que recordar que en este país el grueso de los que trabajamos cobramos en pesos devaluados y compramos con dólares a la tasa actual, bajo el criterio de que usan materias primas adquiridas con dólares o productos terminados importados.

Eso lo sabemos todos, pero siempre se le da de lado y el productor carga con los platos rotos, asumiendo casi siempre esos costos y muchas veces el consumidor también es afectado con altos precios. Ojalá que el ministro Limber Cruz siga el diálogo con la cadena de intermediación.

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