El presidente de la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios (Confanagro), Eric Rivero, agradeció al presidente Danilo Medina su rápida intervención ante las urgentes demandas de los productores agropecuarios de Peravia, afectados por la sequía. Rivero cree que pocas veces se ha producido una reacción tan oportuna por parte de la jefatura del Poder Ejecutivo, ante cualquier demanda de los productores agropecuarios, como la que se produjo hace unos días, cuando el presidente Medina dispuso “medidas de emergencia para paliar la falta de agua” que afecta a Peravia. Además encomió el apoyo de Medina a otros grupos de productores del país, afectados por la sequía.

Pacto agua

El Pacto por el Agua, planteado por el ingeniero Gilberto Reynoso, deberá contemplar estos aspectos: El agua que se genera en la Cuenca del río Nizao debe ser considerada como un recurso vital de desarrollo de la provincia Peravia y para el suministro a Santo Domingo, y las diferencias territoriales en su disposición y uso no deben ser más que las originadas por los criterios de respeto al medio ambiente y racionalidad de su uso; los problemas de agua de Peravia y Santo Domingo pueden ser solucionados con un ejercicio de solidaridad entre cuencas de diferentes disponibilidad hídricas que permita satisfacer las legítimas demandas de ambos territorios; es imprescindible poner en vigor disposiciones normativas que regulen los acueductos y sistemas de riego en lo referente a los volúmenes trasvasables, las distribución y eficiencia de usos del recurso; la mejora y modernización del Sistema de riego Marcos A. Cabral, junto con mejoras en la infraestructura y operación del Acueducto del Distrito Nacional y la sensibilización social, permitirán reforzar la regulación sobre la demanda, el ahorro de los recursos y mayores garantías en las dotaciones; a pesar de la situación extrema de déficit hídrico, Baní no puede renunciar al mantenimiento de caudales ecológicos en el cauce del río Nizao, y es especialmente importante la corrección de los procesos contaminantes y degradativos de los ríos Nizao, Haina, Ozama, Isabela y sus afluentes. Los programas dirigidos a esta tarea deben salir de los discursos politiqueros y convertirse en prioritarios y urgentes.