POR CLAUDIO CABRERA
Para la semana que inicia, un grupo de funcionarios del sector agropecuario estarán camino a Hong Kong, donde a partir del día se iniciará la “Sexta Reunión Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC)”, donde, entre otras cuestiones, República Dominicana presentará ante los países desarrollados allí representados, su decisión de defender mediante programas de asistencia directa a los productores del campo.

Este primer programa de asistencia con fondos negociados con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y con el Banco Mundial (BM), plantea entregar fondos disponibles a través de un financiamiento ascendente a US$75.0 millones.

Entre otros temas, se abordarán, además, aspectos cardinales que apuntan a la consecución de objetivos definidos en la agenda comercial externa de República Dominicana, sobre todo, en lo concerniente a aspectos relacionados al acceso a los mercados de los países desarrollados por parte de naciones con economías pequeñas.

Una agenda general prevista a ser discutida en ese cónclave en que se verán las caras representantes gubernamentales y privados de países ricos, en vías de desarrollo y de pequeñas economías muy vulnerables como son los de una gran parte del Africa del Norte y Subsahariana, de Asia, así como de otras naciones pobres como Haití, encarará en forma impostergable el problema que para las economías de los países del Tercer Mundo significa el caudal de ayudas internas y los subsidios otorgados por los países ricos a sus agricultores y productores del campo.

“Los debates incluirán el problema de las contingencias de los países pobres para evitar la quiebra de sus productores”, refiere sobre el tema el subsecretario de Planificación de Agricultura, ingeniero Luis Ramón Rodríguez.

Estas contingencias incluyen que el 20% de los bienes agrícolas sujetos a aranceles sean designados como partidas específicas, libres de contingencias.

Como una coraza adicional, los países abogan porque se disponga de salvaguardias especiales para que la expansión de volúmenes de contingencia y de reducción arancelaria en hasta un 20% de gravámenes arancelarios, sean protegidos para su acceso a los mercados de los países ricos. En materia de discusiones relativas a las protecciones que serán otorgadas en el seno de este encuentro propiciado por la OMC, la República Dominicana se ha mantenido bajo la cubierta del denominado “G-33”, constituido por igual cantidad de naciones.

La mayoría de estos gobiernos están preocupados por el curso que los países desarrollados han dado a los esquemas de libre comercio en sus relaciones comerciales bilaterales con países de que dependen de economías con un menor desarrollo.

Areas a estimular

El programa, acorde con el contenido designado mediante sendos estudios especializados que se han elaborado atendiendo al objetivo, implica la inversión de fondos para erigir plantas de acopio para el procesamiento y manejo posterior de cosechas de rubros agropecuarios.

Implica también el mejoramiento de la infraestructura sanitaria y fitosanitaria del país, con miras a incrementar la higiene e inocuidad de los rubros cosechados para exportaciones.

Se contempla, además, la creación de un fondo de seguridad crediticia, lo cual permitirá que la banca comercial pueda prestarle fondos al sector agropecuario sin correr riesgos.

Asimismo, la expansión del “Programa de Producción de Vegetales bajo Ambiente Controlable”, lo cual incluye producir vegetales y frutos de invierno, tales como tomate, ajíes, pepinos, melones y otros.

Requiere el programa en adición, el mejoramiento genético de la yautía “coco”, para introducirle un gen tolerante a la enfermedad conocida como “pudrición del tallo” o “Phytophthora colocase”, en vista de que una extensa área de productores del campo, sobre todo en el nordeste y otros puntos del país, viven de este cultivo que cuenta con gran demanda interna y externa. Esta enfermedad determinó que hace dos años empezara a extenderse por los cultivos hasta acabar con la producción para abasto local y exportaciones.

Este programa de reconversión agropecuaria especializará fondos a través del Banco Agrícola para el funcionamiento de los cultivos orientados hacia las exportaciones, los cuales estarán disponibles mediante ventanillas de acceso por la entidad al igual que para importar materiales de siembra específicos, como son para cultivos de yuca y de piñas.

En el caso de los cultivos de piñas, se procederá a disponer de más de 15,000 tareas, con el fin de promover las exportaciones, ya que antes se exportaban hasta 7 furgones por semana del renglón.

Como muestra de la necesidad de rescatar esta producción, se indicó el estudio en el que participa el Intitulo Agrario Dominicano (IAD) que mientras en 1994 se exportaban 500,000 cajas de piñas igual a 3,200 toneladas en cajas de 14 libras, ahora sólo se exportan 327 toneladas por año.

“Es preciso que retomemos el mercado de los Estados Unidos en lo que compete a estos renglones, sobre todo, con base en La Florida, Nueva York, Massachusetts, Nueva Jersey y otros puntos de la costa oeste de esa nación”, explica el subsecretario Rodríguez, al resaltar los esfuerzos del secretario Romero y su equipo para apuntalar las políticas sectoriales.

En el caso de los cultivos de piña serán financiadas las tierras a los agricultores hasta por 10 años en terrenos que anteriormente fueron del Consejo Estatal del Azúcar (CEA), cuya producción será apoyada vía el Bagrícola con una cobertura de hasta el 20% del valor de la tierra y el resto para cubrirlo en la siguiente década.

Como parte del proyecto global en la parte pecuaria, se fortalecerá con esos fondos el Programa de Sanidad Animal y de Certificación de Mataderos, con miras a que en los próximos cuatro años se controle totalmente la fiebre porcina clásica, para estar libres de dicha enfermedad.

Esto permitirá exportar más carne de cerdo y embutidos, tanto para Centroamérica como para los Estados Unidos y el Caribe inglés.

Este programa también cubrirá un programa en áreas arroceras de baja productividad para introducir cambios en los cultivos y especializar los terrenos en la producción de rubros exportables como aguacates y mangos.

 “Esto permitirá ir reduciendo cultivos de baja rentabilidad que tienen un reducido impacto en la prosperidad y en la producción de empleo rural, siendo una de las metas económico-sociales, aumentar la oferta de puestos de trabajo en el campo”, según lo expresa el estudio.

Este proyecto es parte del apoyo que implicará un 55% de todas las inversiones que habrá de realizar el sector público agropecuario.

Por tanto, contempla un rediseño del gasto público en el sector oficial para incluir algunos programas focalizados de ayuda directa a los productores.

Para ello, se planificarán las metas productivas a fin de estimularlos a la reconversión, mientras se da un sostén efectivo a los productores directos.