Al presentarse la crisis económica mundial en el 2008, el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, creó una comisión de medición del desempeño económico y del progreso social, con el objetivo de analizar la situación de la economía global, dentro de los cuales se encontraban los Premios Nóbel Joseph Stiglitz y Amartya Sen, quienes plantean que hay que eliminar en la medición de la economía el PIB, que es la sumatoria de todos los bienes y servicios terminados que produce un país en un año, debido a que esta variable solo mide si crece la economía y al crecer la economía lo que puede haber es acumulación de riqueza, pero no distribución de la misma. 

El desastre de la economía actual se debe a que las autoridades económicas del mundo se enfocaban en el  crecimiento, confiando que al maximizar las riquezas había prosperidad.  Eso fue un error.

El índice de Desarrollo Humano que hace todos los años el PNUD de las Naciones Unidas, se fundamenta principalmente en la teoría de Amartya Sen, quien define el desarrollo como expansión de las libertades reales de las que dispone una persona para hacer y ser lo que valora en la vida. 

El desarrollo es, por tanto, un proceso de liberación desde una situación de privaciones.  Una persona sin educación, sin salud, desnutrida y sin empleo, no puede elegir ni tiene opciones en la vida.  El desarrollo humano requiere más que salud, educación, nivel de vida digno y libertad política.  El Estado debe reconocer y acoger las identidades culturales de los pueblos y las personas deben ser libres para expresar sus identidades sin ser discriminadas en otros aspectos de su vida, según el informe del PNUD de 2004.  Según Stiglitz, la medición de la producción está terriblemente distorsionada por el fracaso de nuestro sistema contable.  Lo que empezó como una medición del desempeño del mercado, se ha convertido en una medición del desempeño social y eso hay que corregirlo, porque está mal.

En países pequeños como la RD, la salida a la creación de riquezas y distribución de la misma, debería estar basada en las exportaciones de bienes y servicios, por lo cual hay que crear una cultura de las exportaciones agropecuarias e industriales, pero sucede que el modelo económico elegido por el país se fundamenta en los servicios de turismo y las remesas de los dominicanos, pero todos los gobiernos se olvidaron de la educación y la salud y al comenzar el siglo XXI, las economías de los países desarrollados se fundamentan en la economía del conocimiento, pero sucede que tenemos un pueblo analfabeto, en consecuencia,  no se pueden crear tecnologías e innovaciones, porque no hay capacidad intelectual, ni técnica para instituir las mismas. Estamos en un círculo vicioso del atraso económico.  Además, la penetración haitiana impide el desarrollo.