El Presidente Fernández debería dar un cambio en su visión del desarrollo territorial rural, pero si deja como islas de poderes a cada uno de sus funcionarios, llegará el 2012 y todo seguirá igual como ha sucedido con la electrificación del país, desde que ajusticiaron a Trujillo.  El PLD, PRD y PRSC, se quemaron con la luz.

El concepto ruralidad conlleva visualizar la globalización en el siglo XXI y analizar la crisis económica mundial de 2008, la cual está vigente en el 2009 y no se sabe cuándo terminará.  Esta crisis es comparada con la gran depresión de 1929.   Transformar el agro latinoamericano es tan profundo, que no se puede hablar de cambio, sino actuar en una nueva ruralidad, organizando la producción, la agroindustria y los servicios.  Sin embargo, la producción agropecuaria en contraste con lo urbano está rezagada, donde predomina la industria y los servicios, está en desventaja. 

El país tiene que hacer más énfasis en el agro, porque más del 60% de la población rural vive en extrema pobreza y si el analfabetismo nacional es un 13%, en el campo pasa de un 50%; con el problema de que la mayoría de los obreros son haitianos, que no hablan español y en cada finca hay que buscar un capataz haitiano que les entienda, para que se pueda comunicar con los dominicanos.  Así no se logra la competitividad.

La inversión en capital humano y recursos financieros es escasa, porque ningún inversionista coloca su dinero para ir a luchar contra la naturaleza, al menos que existan incentivos a la producción rural que permitan destinar grandes capitales.  Lo mismo sucede con los agrónomos y veterinarios que trabajan en el agro, que por estar aislados de la civilización y la tecnología de punta, trabajan con metodologías obsoletas, con raras excepciones, que buscan el conocimiento, aunque se encuentren trabajando en las provincias que hacen frontera con Haití o el Seibo, etc., que son las de mayor atraso.  

Sugiero al Presidente Fernández forme un equipo, pero que lo integren gentes con muchos conocimientos y esté dirigido por el Banco Central, para elaborar un programa para ser financiado por el BID o el Banco Mundial, con un plan de desarrollo territorial rural, que contemple 10 proyectos de apoyo a las exportaciones agropecuarias, para que el país pueda producir divisas y poder competir dentro del DR-CAFTA y la EPA.  Ese mismo equipo tiene que preparar la política agrícola de incentivos fiscales, para crear una cultura de agroexportación. 

Por otro lado, sería conveniente que el Presidente Fernández instruya al Secretario de Economía, para que en el censo poblacional de 2010, se incluya el censo agropecuario. 

Presidente Fernández, es el momento de hacer algo por el desarrollo agrícola.   El agro requiere grandes cambios.