¿Agua desde Hatillo para el Gran SD?

¿Agua desde Hatillo para el Gran SD?

Con ese mismo título, sin interrogantes, el periódico Hoy de septiembre 9 del 2010, recogió del Director del INDRHI, ingeniero Frank Rodríguez, el anuncio de la construcción de un acueducto para abastecer al Distrito Nacional y los municipios del Gran Santo Domingo, desde la Presa de Hatillo, con una capacidad de diez metros cúbicos por segundo, para el que ya tenía listos los aspectos técnicos y financieros.

Esa noticia sorprende, cuanto más disponiendo tan cerca del Haina y del Ozama, con facilidades para esa finalidad y sabiendo además que el río Yuna, es decir la Presa de Hatillo, no permite extracción de agua en ninguna magnitud fuera de su cuenca, porque su caudal está totalmente comprometido para riego y energía, y la extracción de 10 m3/segundo dejaría sin agua unas 200 mil tareas de riego, mayormente de arroz.

Se repetiría con Hatillo el crimen cometido con Valdesia, que al extraerle 6 m3/segundo para el Acueducto de la Capital, dejó sin agua, sin riego, 100 mil tareas agrícolas de Peravia.

Además las aguas de Hatillo están peligrosa y gravemente contaminadas con productos de la minería, como cianuro y metales pesados, lo que las inutiliza como potables, imposible para consumo humano.

La solución inmediata, prudente, económica, adecuada además para turismo y pesca, sin problemas ni complicaciones, sin desahucios y suficiente para el propósito de darle agua a la capital y devolverle sus 6 m3 a Baní, es la Presa en hormigón del río Haina, en el Sitio de Ochoa, con 50 metros de altura, 100 millones de m3 de embalse y regulación mínima de 8 m3 seg.

La Presa de Hatillo fue hecha para aumentar el área de riego del río y producir energía hidroeléctrica, con resultados negativos y criminales, pues no aumentó ni una tarea el área de riego y la insignificante energía que produce, no alcanza ni para pagar la operación y el mantenimiento de la hidroeléctrica. Eso entre los resultados negativos. Entre los  resultados criminales sobresalen, la inundación con el embalse, de 80 mil tareas (50 km2) agrícolas y del desalojo sin destino de las 2,500 familias que laboraban esas tierras, que fueron su hábitat por muchos años.

El embalse de Hatillo, con capacidad inicial sobre 400 millones de m3, era suficiente para almacenar las avenidas de hasta 12,000 m3 seg. del Yuna, pero los azolves o depósitos sólidos, que pueden llegar hasta 12 millones de m3 al año, han reducido la capacidad del embalse, acercándose diariamente el peligro de que una avenida que no quepa en el embalse, supere los 2,500 m3/ segundo de capacidad del vertedero y pase entonces por encima del muro de tierra del dique destruyéndolo, produciéndose con el desagüe del embalse, una avenida de millones de m3/seg. con impredecibles daños al territorio entre Cotuí y Samaná.

Pero ahí está Hatillo, clamando por un vertedero de 12 mil m3/seg.- de capacidad, con lo que evitaría lo que parece ser inevitable.

¿Es Hatillo una bomba de tiempo?

Haina si, Yuna no. Está escrito.

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