En varias ocasiones hemos escuchado los sinnúmeros beneficios para el organismo al bañarse en agua helada, pues es considerado como uno de los métodos maravillosos que sirven no sólo para la tonificación del cuerpo, sino también para el aumento del poder energético del organismo, ya que la frecuencia de las enfermedades causadas por el enfriamiento disminuyen 60 veces y la frecuencia de las otras enfermedades, 30 veces.
Los antiguos samurais de Japón solían verter cubos de agua helada sobre sus cabezas por la mañana para limpiar su cuerpo y espíritu. Creían que les ayudaba a empezar cada día y cada aventura frescos. Las duchas de agua fría liberan componentes químicos en el cerebro que mejoran tu humor, disminuyen el estrés y ansiedad y alivian la depresión, a la vez de que estimulan la secreción de noradrenalina en el cerebro, lo cual está asociado con la mejora de desórdenes del humor como la depresión.
Sin más rodeos, bañarse en agua helada definitivamente es un método curativo que sana muchas enfermedades, incluyendo la radiculitis, la hipertonía, la tuberculosis pulmonar, la diabetes sacarina, las enfermedades crónicas gastrointestinales, las inflamaciones de los órganos sexuales, los trastornos de los ciclos menstruales, y las enfermedades cutáneas; pero ahora resulta que también ayuda a recuperar recuerdos perdidos.
Ya se sabía que un shock emocional podía hacer que un recuerdo quedara incrustado en la memoria: la mayoría de las personas se acuerdan dónde estaban cuando se enteraron de algo que los conmocionó, pero recientemente un grupo de científicos en Argentina descubrió que también este tipo de sobresaltos pueden servir para recordar cosas que se creían olvidadas.
“Los expertos, del Laboratorio de Neurobiología de la Memoria, ya habían realizado este descubrimiento en animales pero ahora confirmaron su teoría en personas. Trabajaron con 125 voluntarios y utilizaron el frío intenso para generar un shock similar al que se produce ante una fuerte sacudida emocional, ya que ésto lleva al cuerpo a liberar glucosa y una serie de hormonas que son centrales para la modulación de la memoria”.
Pues resulta que estas sustancias actúan en áreas del sistema nervioso central cuando se consolidan las memorias y las convierten en memorias fuertes, que van a durar mucho tiempo, pero estas mismas sustancias también pueden ayudar a recuperar recuerdos olvidados.
Estoy convencida de que éste será uno de los tantos hallazgos de gran relevancia sobre el agua helada, que sin dudas podría ayudar a revelar algunas incógnitas que se tienen respecto a los defectos de memoria, y facilitaría la investigación de si el problema está en el “almacenado” de la memoria, o simplemente en la capacidad del sujeto para “expresar” ese recuerdo, es decir, para ser consciente de tenerlo.
De manera que, agua fría con nosotros, pues evidentemente es la mejor forma de beneficiarnos eliminando toxinas de la sangre, reduciendo el dolor crónico, la función renal y mejorando la calidad del sueño y de los recuerdos.