La Organización Mundial de la Salud estima el consumo de agua por día y persona en 150 litros, aunque los países ricos llegan a gastar 2,200 litros por hogar. El consumo de agua está relacionado con el nivel de ingresos de las personas, brecha que se amplía cada año. En 1960 la diferencia de ingresos entre los habitantes de los países desarrollados y los pobres, eran de 30 a 1, duplicándose en 40 años, en vista de que en el 2000 la diferencia fue de 60 a 1 y en 2020 es de 80 a 1.
El agua que tiene el planeta tierra es potable el 3% y de ese escaso porcentaje, el 90% es consumida por la agricultura e industria. A partir de la segunda mitad del siglo XX, el consumo se triplicó en comparación con la primera mitad del mismo siglo y se pronostica, que el consumo se duplicará cada 20 años. De seguir así para el año 2100, al menos que se haga un gran esfuerzo por aumentar el agua potable, tendríamos escasez de agua en el planeta.
En la actualidad, unos 1,000 millones de personas en el planeta padecen escasez de agua potable y para el 2025, afectará a millones de habitantes. Se estima el 80% de todas las enfermedades y el 33% de las muertes en los países subdesarrollados, están relacionadas con la mala calidad del agua.
La República Dominicana utiliza 35 millones de tareas en agricultura y ganadería y bajo el sistema de irrigación, hay unos 5.2 millones de tareas; pero a pesar de ese bajo porcentaje, el consumo de agua agrícola es excesivo, porque en el cultivo del arroz los agricultores utilizan este líquido para controlar el crecimiento de malezas.
Igualmente, la población no tiene conciencia de la importancia del agua; en consecuencia, la malgastan y uno observa las llaves abiertas botando un bien tan importante para la vida humana.
La escasez de agua agrícola en el país se agudiza por regiones y así el gobierno, debería ir controlando la irrigación por inundación en la línea Noroeste, Baní, Azua, Barahona, San Juan y en la región Suroeste y solamente permitir el riego por goteo y aspersión.
Claro, para tomar una medida tan drástica no se puede estar pensando en la politiquería de turno. Tarde o temprano, el cultivo de arroz no se podrá producir en esas regiones y solamente sería factible en la región Cibao-Oriental, que va desde la provincia de La Vega hacia Samaná, ya que tiene suficiente agua. El gabinete agrícola debería programar el uso de agua en función a las condiciones de suelo y agua.
El agro-desarrollo requiere decisiones prácticas, con sabiduría. El cambio climático está afectando el desarrollo del sector agrícola y en RD con la sequía que se ha prolongado por un largo periodo, viene afectando la producción y la productividad. El Ministerio de Medio Ambiente debería establecer diferentes proyectos, para crear una cultura de conservación de agua, porque la población no tiene conciencia sobre la importancia del agua. Hay que forestar todas las riberas de los ríos y proteger las áreas de las represas de aguas.