Aguaceros recientes destapan la vulnerabilidad barrios y pueblos

Aguaceros recientes destapan la vulnerabilidad  barrios y pueblos

La vulnerabilidad en la que habitan miles de personas en las márgenes de ríos, arroyos y cañadas queda nueva vezal al desnudo, tanto en provincias como en el Gran Santo Domingo, a propósito de los más recientes aguaceros que han anegado viviendas, aislado comunidades y destruido puentes, carreteras y otras edificaciones en gran parte del país.
En efecto, decenas de casas fueron inundadas en el barrio Juan Guzmán, en Manoguayabo, Santo Domingo Oeste, por las aguas de una cañada desbordada y que dejó incomunicadas a más de dos mil personas.
Mientras tanto, en Los Coordinadores, Sabana Perdida, las aguas del río Ozama comenzaron a penetrar a las viviendas en la madrugada de ayer y los vecinos esperaban que la situación empeorara con las horas por la inssitencia de las lluvias.
Luis Polanco, quien reside como a 300 metros de la cañada en el barrio Juan Guzmán, narra que para salvarse junto a su familia, tuvo que subir al segundo nivel de la casa porque el agua le llegaba a la cintura dentro del primero.
Dawel Berigüete expresó que dentro de su casa el agua le daba al pecho, por lo que huir hacia un refugio más alto para no morir ahogado.
Berigüete no pudo salir temprano a su trabajo, en una floristería en la avenida Winston Churchill, en el Distrito Nacional, porque estaba rodeado de agua y la ropa mojada. “Mire, ahora (10:30 de la mañana) fue que pude salir a trabajar, estaba preso del agua, sin ropa que ponerme, los ajuares encaramados y así se mojaron como quiera. Ojalá que no me hayan cancelado”, exclamó.
De su lado, Eugenio Castillo manifestó que amaneció junto a su familia en la calle, debido a que en la madrugada el arroyo lo dejó incomunicado, puesto que solo tienen una salida y las aguas pasaban por encima del puente.
Responsabiliza a las autoridades de las inundaciones porque nunca han construido las calles del lugar y cuando llueve las aguas se quedan estancadas.
Milcíades Montero dijo que la cañada entró a su casa y que arrasó con todos, por lo que exige el auxilio de las autoridades.
Deplora que el barrio no cuente siquiera con una escuela para refugiarse en casos de emergencia como el actual, a pesar de que hace cuatro años el Gobierno cercó los terrenos donde sería levantado un plantel.
En Los Coordinadores de Sabana Perdida muchos abandonaron ayer sus hogares, debido a que las aguas del río Ozama comenzaron a penetrar lentamente y la posibilidad de que continuara avanzando.
“Aquí comenzamos a las cuatro de la mañana a sacar lo poco que tenemos y subir hacia donde los vecinos que viven en la parte alta, para que no nos sorprenda el río”, dijo Margarita Martínez.
María Florentino Zabala, madre de un niño de apenas un año, narra la vicisitudes que padecen, debido a que su hijo presenta un cuadro de fiebre, lo que atribuye a la humedad del hogar que ayer estaba con el agua dentro en Los Coordinadores.
José Manuel Mendoza demanda del presidente Danilo Medina que haga una de sus visitas sorpresa a la zona, tras considerar que son más vulnerables que los que habitaban en La Barquita.
Asimismo, Marita Guillén Beato señala que vive en el barrio desde 1983, pero que solo cuentan para las autoridades en tiempos de elecciones, y nunca para situaciones de emergencia.
Norvo Pachán, de la junta de vecinos, expresó que supuestamente estaban en lista para ser reubicados en una segunda etapa de la Nueva Barquita, pero lamenta que pasa el tiempo y no tienen ninguna información al respecto.
Villa Altagracia: crecidas y daños. 70 personas fueron rescatadas ayer tras permanecer desde el domingo aisladas en Villa Altagracia.
El grupo, procedente de Santo Domingo Oeste, estaba encabezado por Ceferina Puello, una señora de 95 años que junto a hijos, nietos y demás familiares, visitó a su hermano Enelio Puello. Fueron llevados por la Defensa Civil a la Iglesia Bautista El Buen Pastor, donde recibieron asistencia médica.
En tanto, más de 20 comunidades permanecen incomunicadas, debido a que las lluvias destruyeron puentes, calles, caminos y postes del tendido eléctrico.
Entre las comunidades afectadas están El Maizal, Hormigo, Los Guineos, La Lomita, Lechería, Las Caobas, Arroyo Grande, La Cueva y Mana.
Según Cecilio Carmona, dirigente comunitario de El Maizal, cientos de quintales de cacao están en peligro de dañarse, ante la imposibilidad de ser transportados.

Esa misma amenaza acecha a los productores de Sabana Piedra y Guananito. En efecto, sus plantaciones de vegetales, batata, plátanos, guineos, yuca y arroz están en serias dificultades.
Así lo destacó la dirigente comunitaria Milagros Mejía, quien llamó a las autoridades a construir un puente resistente a las crecidas.
El río Haina arrastró escombros que taparon las alcantarillas, lo que provocó una riada que rompió un dique y derrumbó las calles que enlazaban a las comunidades cercanas.
Entre tantos desastres, el Plan Social de la Presidencia entrega raciones alimenticias, estufas, tanques, sábanas y mosquiteros.
Albalina Contreras perdió gran parte de sus ajuares en Villa Altagracia, mientras Rafael García (“Rubín”) perdió su casa y sus enseres en el municipio de Cambita, en San Cristóbal.
Contreras vive ahora en casa de una vecina, mientras su hermano Daniel Doñé anda errante. García, en tanto, fue acogido por un hermano.

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