POR DIONISIO SOLDEVILA
Los Bravos de Atlanta han pasado por muchas situaciones variadas desde 1991 cuando sorprendieron al mundo y avanzaron hasta la Serie Mundial contra los Mellizos de Minnesota. Y año tras año han comenzado a sonar voces que pronostican que los Bravos no ganarán más, pero ya han acumulado 14 títulos de la División Este de la Liga Nacional bajo el mandato de Bobby Cox.

Sin embargo, las cosas podrían finalmente cambiar para algunos deseosos conjuntos del Este, tomando en consideración que la Time Warner ha seguido estrictamente su plan de invertir poco en agentes libres.

Y aunque para muchos sea difícil de creer, el golpe más duro que sufrieron los Bravos no fue al perder uno de sus jugadores, sino a su más prestigioso técnico: el coach de pitcheo Leo Mazzone.

Mazzone fue el genio detrás del a veces airado temperamento de Bobby Cox, aquel que convirtió en estrellas a Tom Glavine y a John Smoltz, así como a varios otros jóvenes.

Hoy por hoy, él se encuentra en Baltimore, junto a su compadre Sam Perlozzo, dejando atrás a Cox, quien ganó el año pasado el premio al mejor dirigente, finalmente reconociendo su capacidad.

El nuevo coach será Roger McDowell, quien debuta en una posición similar por primera vez en las mayores.

McDowell será responsable de manejar una rotación que de por sí no le daré muchos dolores de cabeza.

La rotación de los Bravos es quizás una de las más balanceadas de la liga con John Smoltz, Tim Hudson, John Thomson, Jorge Sosa y Horacio Ramírez.

Smoltz, que el año pasado regresó al papel de abridor tras cuatro como cerrador, ganó 14 juegos, y otro tanto hizo Hudson en su primera campaña en Atlanta.

El dominicano Sosa fue una de las grandes revelaciones tras llegar mediante un canje con los Devil Rays de Tampa Bay, compilando una foja de 13-3 y 2.55 de efectividad. Ramírez (11-9) es el único zurdo dentro del grupo ya que Mike Hampton se perderá buena parte de la temporada por una operación del codo.

Más inquietante es la situación del bullpen. Kyle Farnswoth se había consolidado como taponero, pero aceptó una oferta de los Yanquis de Nueva York para hacer de preparador de Mariano Rivera.

Se trató de contratar a veteranos como Trevor Hoffman, Danys Báez, Tom Gordon y Todd Jones, pero sin suerte.

De momento, la primera opción la tiene Chris Reitsma, quien se apuntó 13 rescates en 15 oportunidades entre junio y julio pasado. Pero su perfil no es el de un cerrador dominante y además viene una lesión en la rodilla que lo afectó sobre el final de la campaña.

Cox podría inclinarse además en el mexicano Oscar Villareal y los pocos conocidos Blaine Boyer y Macay McBride.

Pero los Bravos tienen muchas otras cosas de qué preocuparse, como el hecho de que la bujía de su alineación está muy lejos en la Costa Oeste, con Rafael Furcal firmado para jugar con los Dodgers.

Pero Atlanta trató de equilibrar y contrataron a Edgar Rentería, mediante un cambio con los Medias Rojas de Boston, para cubrir el campocorto.

El colombiano viene de una decepcionante primera y única temporada en Boston, en la que bateó para .276, con ocho jonrones y 70 empujadas.

Con Andruw y Chipper Jones, Jeff Francoeur y Ryan Langerhans como encargados de motorizar la ofensiva de poder de los Bravos, hay un buen respaldo. Los Bravos pelearán con los Mets por la primera posición del Este, la pregunta del millón es si lograrán conquistarlo.