POR YNDIRA CONCEPCIÓN
El Consejo de Organizaciones Comunitarias de Villa Francisca y San Carlos denunció ayer que no «aguantan» más el hedor y las aguas residuales que corren por las aceras y contenes del sector.

Culparon a la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) y al Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) de no solucionar la situación, que atribuyeron a obstrucciones en las cloacas, lo que provoca que las heces fecales y el hedor lleguen a las calles.

Según explicaron, niños y adultos han sido diagnosticados con dengue, tifoidea, ameba, bacterias y afecciones de la piel

«Por tantas tuberías rotas, el agua potable se mezcla con las aguas cloacales, imagínese usted lo que uno está bebiendo», afirma Magalys Padilla, residente en el sector y presidente de la Junta de Vecino Paulina Reynoso.

En un recorrido realizado por el equipo de Hoy por el sector se pudo comprobar que en calles como la Pimentel, la Alvaro Garabito, Altagracia esquina avenida México entre otras hay permanentemente aguas residuales en las calles y aceras, además del fuerte hedor que despiden.

Dijeron que llevan más de un año en esa situación sin frutos algunos.

Según explicó Padilla, han realizado esfuerzos llamando al ADN y la CAASD, y no han tenido respuesta.

«Nosotros llamamos a la CAASD y nos dijeron que ellos no tienen «mula» y para arreglarlo, mientras que en al Ayuntamiento dijeron que no tienen «maco». (Maco y Mula son instrumentos utilizados para destaponar las tuberías).

Los reclamos fueron levantados por varias Juntas de Vecinos de los dos sectores.

Opiniones de los residentes

Lorelay de la Rosa, residente en el sector
«Los niños se están enfermando, les están saliendo rasquiña, el agua no se puede coger para la cocina porque está ligada con la de las cloacas, por esto uno tiene que comprar botellones de agua que están 40 pesos, imagínate para una madre desempleada como se van a ser para comprar el agua?».

Rafael Fernández, residente en la calle Pimentel con Alvaro Garabito
«Por la Mañana cuando uno se levanta, ese mal olor es insoportable,» Luz María Dionisio, madre de tres niños, residente en la calle Pimentel casi esquina Alvaro Garabito.»Todos los niños tienen ameba porque ellos juegan, se llevan la mano a la boca y ahí se contaminan, tenemos que estar casi siempre con las puertas cerradas porque bajo es insoportable.