Aguas termales de canoa

Aguas termales de canoa

POR  DOMINGO ABRÉU COLLADO
Si las aguas termales de Canoa fueran mejor conocidas, la carretera hacia Barahona, y desde Canoa hasta estas aguas, estuvieran permanentemente atestadas de visitantes necesitados de sus virtudes terapéuticas.

Aguas similares, pero en menos cantidad hay en Bánica, donde en época de los franceses de Saint Domingue (en Haití) venían desde el propio París a buscar salud oficiales, burgueses y funcionarios.

Pues las de Canoa son más abundantes, más calientes y probablemente más medicinales. Pero ¿qué tienen de medicinales? veamos.

Un poco de historia: «Desde épocas remotas las antiguas civilizaciones utilizaban el baño como medida terapéutica o como instancia para socializar. Los hallazgos más antiguos de construcciones dedicadas para este fin datan de antes del 2000 a.C. en India. Existe también mención de las mismas en diferentes textos griegos, como La Iliada de Homero. En la Antigua Roma, y Grecia el baño era considerado un ritual. Los primeros registros del uso de agua caliente en las «termas» son de finales del siglo V a.C.»

En cuanto a su origen se dice que «existen dos tipos de aguas termales de acuerdo a su origen geológico, las magmáticas y las telúricas. El tipo de terreno del que aparecen es una de las principales diferencias entre ambas las aguas magmáticas nacen de filones metálicos o eruptivos, mientras que las telúricas pueden aparecer en cualquier lugar».

En cuanto a sus propiedades medicinales, el portal Geosalud indica que «una característica importante de las aguas termales es que se encuentran ionizadas. Existen dos tipos de iones, los positivos y los negativos. Contrario a su nombre, los positivos no le traen beneficios al cuerpo humano, y por el contrario, son irritantes. En cambio, los iones negativos tienen la capacidad de relajar el cuerpo. Las aguas termales se encuentran cargadas con iones negativos».

En cuanto a los beneficios para el cuerpo el baño en aguas termales aumenta la temperatura del cuerpo, matando gérmenes, entre ellos virus, además aumenta la presión hidrostática del cuerpo, por lo que aumenta la circulación sanguínea y la oxigenación. Este aumento en la temperatura ayuda a disolver y eliminar las toxinas del cuerpo.

Al aumentar la oxigenación, el baño en aguas termales hace que mejore la alimentación de los tejidos del cuerpo en general, motivo por el cual aumenta el metabolismo, estimulando al mismo tiempo las secreciones del tracto digestivo y del hígado, ayudando así a la digestión.

El baño repetido (especialmente en períodos de 3 a 4 semanas) puede ayudar a normalizar las funciones de las glándulas endocrinas, así como el funcionamiento en general del sistema nervioso autonómico del cuerpo. También existe un mejoramiento y estímulo del sistema inmune, relajación mental, producción de endorfinas y regulación de las funciones glandulares. Muchos de estos efectos se deben al consumo del cuerpo de minerales como dióxido de carbono, azufre, calcio y magnesio.

En resumen, las enfermedades crónicas que se ven beneficiadas con el uso de la balneoterapia, según investigaciones del Dr. Yuko Agishi son:

• Enfermedades reumáticas crónicas

• La recuperación funcional de la neuroparálisis central y periférica

• Algunas enfermedades metabólicas como la diabetes, la obesidad y la gota

• Problemas gastrointestinales crónicos

• Enfermedades respiratorias leves

• Problemas de la circulación

• Enfermedades crónicas de la piel

• Enfermedades relacionadas con el estrés y otras de tipo psicosomático

• Secuelas de trauma

• Enfermedades ginecológicas crónicas

¿Adonde ojitos de gato? 

Era una delicia deslizarse por la carretera Azua-Barahona y viceversa, principalmente de noche, con cientos de «ojitos de gato» encendidos y mirándonos fijamente hasta que pasábamos dejándoles apagarse como si de cerrar sus párpados se tratara.

¡Ay, pero lo bueno no dura! (como dicen de los muertos dizque buenos), si es que eran buenos. Porque de que eran buenos para orientarse buenos eran dichos «ojitos de gato». Pero de que fueran buenos de calidad es lo dudoso. Porque ¿por qué diablos duran tan poco?

Porque si los hubiesen comprado de calidad todavía tuviéramos «ojitos de gato» ayudándonos en esa carretera, oscura como boca de… boca de diputado.

Pero como parece que los compraron de la peor calidad… y claro, al más alto precio del mercado, pues duraron menos en la carretera que lo que dura una buena intención en el Congreso Nacional.

Así las cosas, y como se trata de una carretera larga y tediosa, se hace necesario que se le coloquen de nuevo los dichosos «ojitos de gato». Pero por favor -y en esto debería intervenir el Defensor del Pueblo… ¡Ay, verdad que no hay todavía!-… bueno, que intervenga Monseñor Agripino Núñez Collado -que está en todas menos en misa- a ver si vuelve esa sensación de país desarrollado que dan de noche los «ojitos de gato».

Y ojalá que alguna vez este país tuviera un Defensor del Pueblo, porque la verdad es que sin instituciones que velen realmente por la gente este pueblo será permanentemente carne de buitres, o carne de auras, que son los descomponedores locales. 

Hoteles de Barahona y el turismo rapaz 

¡A que no conocían ese tipo de turismo!, turismo rapaz. Vamos a definirlo.

El turismo rapaz es aquel que desarrollan dueños de hoteles y usurpadores de sitios de aspecto turístico para esquilmar a los turistas nacionales y extranjeros sin importarles lo que pueda ocurrir después en su ciudad o en el país.

En Barahona, por ejemplo, los hoteles están compitiendo por el que dé el peor servicio y le saque lo más que se pueda a los visitantes.

El Hotel Gran Marquís, por ejemplo, ha subido sus precios a cerca del doble (si no más de ahí) sin mejorar para nada sus servicios. Todo lo contrario, lo de habitaciones sin luz, filtraciones, humedad y descuido es de lo más común en un hotel relativamente nuevo, pero evidentemente lleno de vicios de construcción que no están interesados en corregir.

El Gran Hotel Barahona, aparte de que te tratan como si fueras pidiendo favores y no pagando, informan de servicios que no cumplen, como es la vigilancia de su parqueo, donde se roban cualquier cosa que se deje en los vehículos. A todo esto, la gerencia -aunque informa del servicio de vigilancia en el parqueo- cuando uno se queja de un robo niega responsabilidad y sugiere (tardiamente) que se lleven todas sus cosas a la habitación. Y así se desentiende del asunto.

Pero no es solo Barahona. En el malecón de Santo Domingo, los chimichurristas frente al Hotel Santo Domingo piden 80 pesos por un refresco, en un sitio sin baño donde ellos lavarse las manos, pero con energía eléctrica y telefónica robada. Eso es turismo rapaz. 

La autopista eléctrica 

Así que tendremos una autopista eléctrica entre Santo Domingo y Santiago. Lo primero es que si llueve en esa autopista estará el electrocutado pendejo tirado por donde quiera. Lo mejor será que el gobierno distribuya botas de goma para toda la población cercana a dicha autopista para evitar los chicharrones de gente.

Aunque uno de los beneficios es que en una autopista eléctrica usted puede enchufar el televisor, el radio, la plancha directamente al asfalto ¡y listo!, electricidad sin pagar un chele. Bueno, algo parecido tenemos en la capital. Pues todos los chimichurris, frituras, vende-discos, friquitaquis y el resto están conectados de los postes y tendidos sin que nadie les diga nada.

Ya me imagino yo a toda esa gente que vive cerca de lo que será la autopista eléctrica sacando sus mecedoras, chaisse-lounges, sillas plegables (de plástico, naturalmente) y hasta colchones inflables para ver la televisión en plena autopista, con los abanicos conectados al asfalto cuando haga calor. Y hasta habrá quien saque una nevera y quien coloque un freezer para vender cervezas, y todo el mundo conectado a la autopista eléctrica sin pagar un centavo.

¡Ah gobierno que hace cosas! 

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