La Secretaría de Estado de Trabajo tiene a la mano un diagnóstico tétrico sobre el alto índice de desempleo que hay en el país. Alivia que esa cartera tiene también un plan de contingencia para generar plazas de trabajo para los grupos más necesitados. Preocupa de manera significativa el hecho de que, en comparación con Centroamérica, tenemos el más alto índice de desocupados en la franja de jóvenes con edades entre 15 y 24 años. Se trata de un problema social muy grave porque precisamente en esa franja está el grupo poblacional más vulnerable a los estímulos nocivos de los vicios, la delincuencia, el crimen y la frustración.
El tema del desempleo y la propuesta oficial para combatirlo estarán entre los temas a tratar en la cumbre convocada por el Presidente Leonel Fernández para el 28 de este mes. El secretario de Trabajo, doctor Max Puig, así lo ha informado. Cabe decir que aunque es responsabilidad del Estado diseñar políticas para enfrentar estas cuestiones, es responsabilidad de todos los sectores o fuerzas vivas contribuir a la solución. No es casual que haya, al mismo tiempo, un índice de desocupación juvenil tan elevado y un índice alto de delincuencia reincidente en la misma franja poblacional. El Estado, como proponente del plan de contingencia, debe asumir la responsabilidad de llevarlo a cabo sin interrupciones. Que sea más que un discurso.
¿Arista de la misma crisis?
Otro diagnóstico, tan preocupante como el que inspiró la nota anterior, es el que se refiere a la deserción escolar. El año pasado -dice ese diagnóstico- 178,000 estudiantes de los sectores público y privado abandonaron las aulas. La deserción escolar es en este país tan crítica como la desocupación entre los jóvenes, pero no sería ocioso investigar si la falta de estímulo por los estudios tiene algún vínculo con el hecho de que en la masa de jóvenes de entre 15 y 24 años desempleados hay muchos que estudiaron y no lograron emplearse.
Descubrir el probable vínculo entre la deserción escolar y la desocupación juvenil podría ayudar a diseñar soluciones para ambos problemas sociales. Un estudiante con garantía de ocupación a partir de cierto tramo de sus estudios está en mejor posición que uno que sea presa de la incertidumbre en materia laboral. ¿Hay alguna relación de causa y efecto en estos problemas sociales? Los expertos tienen la palabra.