El aporte de los nuevos medios de comunicación a la democratización de la información y la sociedad es innegable. La descentralización de los sistemas y del rol del emisor ha sido muy importante.
Mas, si algo hay que reprocharles, es que a veces, dan poder a personas que no usan la comunicación para aportar, sino para buscar sonidos.
Agustín Laje es uno de ellos. Quizás ustedes no lo conocen, pero lo cito con nombre y apellido, no en el ánimo de personalizar, sino de ejemplificar una degeneración de la comunicación, en la que personas como él, un señor argentino que tiene una cruzada contra el feminismo (que mal interpreta y generaliza), los derechos de las mujeres y sus avances. Un antiderechos, dedicado a usufructuar el odio, los miedos y la homofobia suya y de los demás.
Resulta que este personaje, le llamo así no por faltarle el respeto, sino porque descubrí que lo de él es un guión, estuvo de visita en el país, no sabemos patrocinado por quién (le preguntamos, desvarió y no contestó), y pese a la referencia negativa que tenía de él y “su trabajo”, lo recibí en un medio sin prejuicios, porque, pese a las diferencias, es válido escuchar a los demás y respetar sus posiciones.
¡Craso error! Laje aprovechó el escenario para hacer, por lo visto, lo único que le interesa: buscar controversia y volverse tendencia. Lo suyo es el show, el espectáculo.
Se pasó la entrevista buscando polemizar con la magistrada Katia Miguelina Jiménez, simplemente porque ella no asistió a una reunión con él y opinó de la misma, ignorando que, aunque él no esté de acuerdo, las mujeres hoy día tienen derechos, y dos de ellos son la libertad de expresión y de tránsito.
En cuanto al fondo, los argumentos de Laje son totalmente cuestionables: ha afirmado que el feminismo es una enfermedad mental e insiste en que el género no es una categoría científica, pese a ser concepto básico de ciencias como la antropología social o de líneas de investigación científica como los estudios de género.
Pero volviendo a la forma, inmediatamente terminó el programa, Laje, en su caza de views y likes, faltó a la verdad y a la ética publicando que una entrevista cordial, “fue un debate con periodistas feministas dominicanas”, otra tergiversación más de la verdad, de esas a las que acostumbra.
De ahí que ante la resonancia de los antiderechos y su discurso de odio hacia las mujeres, es válido recordar que mientras personas como Laje se la pasan ufanándose de ser tendencias en las redes sociales, miles de mujeres y niñas mueren en el mundo, porque más que un tema trivial o para trascendencia profesional, la lucha por los derechos de las mujeres, es un asunto de vida o muerte.