¡Ah, la democracia!

¡Ah, la democracia!

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
El general Pedro Santana, aprovechó la ingenuidad de los demócratas liberales e hizo con la República lo que le vino en ganas, hasta dejarnos esta herencia de desorden, arbitrariedades, pusilanimidades, injusticias, mangoneo en la aplicación de las leyes. Así andamos desde aquellos tiempos y así continuaremos hasta que sepamos administrar la democracia.

Mil y un tecnicismos legales amparan al tirano Augusto Pinochet, general que no huele a pólvora de campo de guerra sino de preso torturado y asesinado cobardemente, ahora que debe ir a dar a la cárcel por asesino, ladrón, violador de los derechos humanos. Es el momento de exclamar ¡ah, la democracia!

Cuando el pueblo hace justicia, harto ya de que las autoridades no sirvan para nada, aparecen voces que reclaman que los delincuentes sean enviados a los tribunales.

¿A qué, si los tribunales funcionan cuando les viene en ganas, cuando no hay de por medio $$$$ para corromper a los fiscales y jueces que se dejan billetear?

Cuando agarren un ladrón, madúrenlo con dos o tres palos, trompadas y sus patadas, también. Eso es justicia.

En lo que policías, fiscales y jueces blandengues y cobardes o corrompidos sueltan al ladrón, ya lleva su tanda de justicia aplicada por el barrio.

Los duartistas querían hacer la cosa como Dios manda: campaña, elecciones y toma del poder legalmente, Santana llegó, metió preso a todo el mundo expulsó de por vida a los principales líderes liberales y los demás se metieron el rabo entre las piernas.

La democracia necesita gente que crea en ella, gente que apueste al cumplimiento de deberes y al reclamo de derechos de todos y cada uno de los ciudadanos.

La democracia es el compromiso social, colectivo, que se practica cada segundo de la vida de una comunidad que sabe reclamar sus derechos y cumple con sus deberes para que la convivencia sea pacífica y ordenada; -es el norte de un horizonte al que se llega a diario con el conocimiento de que mañana habrá que conquistarlo de nuevo; -es el reconocimiento de los derechos de los demás y el cumplimiento de los deberes propios; -es débil cuando permite que sus enemigos se defiendan con las leyes y reglamentos creados para el beneficio de todos, los cuales son pisoteados por los cultivadores del desorden, de la ilegalidad y el abuso cuando están en el poder; -es un sistema que tenemos que reforzarse, permanentemente, para que sus debilidades no se lo lleven como un barco a la deriva; -es y tiene que ser un régimen fuerte, con la fortaleza que dan la aplicación de la Constitución y las leyes para proteger los derechos y para reclamar los deberes;

-se desnaturaliza cuando la ley protege al delincuente y abusa del débil.

Fortalezcamos nuestra democracia.

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