Debería darnos vergüenza, pero no nos da. Deberíamos  tirarnos a las calles a exigir la renuncia a los alcaldes que no recogen la basura, pero no lo hacemos. Nos hemos acostumbrado a vivir rodeados de basura, a que los vertederos improvisados sean parte del paisaje  y la “personalidad” de nuestra grandes ciudades, pero también nos hemos vuelto pasivos, indiferentes, como si no nos importara la amenaza que toda esa basura representa para nuestra salud y calidad de vida. Por eso quien nos visita  se espanta ante tanta indolencia, como ha sido el caso del doctor Marcos Espinal, Director del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien se encuentra en el país invitado por el Ministerio de Salud para orientar a nuestra clase médica sobre el virus del zika. Y tan espantado  quedó el destacado médico dominicano por la gran cantidad de desperdicios que vio  en calles y contenedores que recomendó a nuestras autoridades “peinar” el país para eliminar los verdeteros improvisados,  pues   son –advierte– un componente fundamental para la propagación de enfermedades. El funcionario tenía previsto reunirse, luego de la conferencia que ofreció  a médicos y funcionarios  del sector salud, con los alcaldes para tratar el tema de la basura, pero al encuentro solo asistieron unos cuantos y la explicación que se ofreció fue que estaban “muy ocupados”  como consecuencia  de las negociaciones y tejemanejes  para definir a qué partido político pertenecerá el próximo Secretario General  de la Liga Municipal  Dominicana (LMD). No era necesario, sin embargo, que viniera un experto de la OPS, sorprendido  de que podamos vivir rodeados de tanta basura, a dar la voz de alarma, como si no tuviéramos ojos para ver ni olfatos para oler, o simplemente no nos importara . Y eso –hay que decirlo aunque duela–  debería avergonzarnos a todos. Ciudadanos y autoridades.