Ahogados por las materias fecales

Ahogados por las materias fecales

Los dominicanos, residentes en los diversos conglomerados urbanos, estamos viviendo, como se dice horas extras, por el descuido de las autoridades en atender adecuadamente los sistemas de plantas de tratamiento de aguas negras, con sus plantas fuera de operación y las tuberías obstruidas, que han dejado de funcionar desde hace tiempo.

La situación es crítica. Donde más se refleja el descuido es en las condiciones de las redes de tuberías que recorren la parte antigua de Santo Domingo, que en barrios como San Carlos las materias fecales corren por las calles. Ni mencionar lo que ocurre en los barrios populares, en donde la gente ve como algo normal, en su estado de pobreza, convivir entre tantas inmundicias que hasta los niños y animales se han inmunizado.

Con las plantas de tratamiento de aguas negras las autoridades, desde hace años, son muy descuidadas en su mantenimiento y reparaciones. Tiene que ocurrir un escándalo muy notable de calles y casas inundadas de materias fecales para que se adopten paliativos temporales. No se explica cómo es que se prefiere que haya un vertido libre a los ríos o al mar de las aguas servidas o cloacales como ocurre en Baní, San Cristóbal, Higüey, Moca y otras poblaciones, con los efluentes corriendo por la libre, esparciendo enfermedades y arrasando con la calidad de vida que se supone debería existir en un país medianamente organizado. Y aquí el contribuyente paga sus impuestos para que los burócratas atiendan sus obligaciones.

Con excepción del trabajo que se lleva a cabo en torno a la laguna de la Núñez de Cáceres y el túnel para llevar directamente las aguas negras y de lluvias al Mar Caribe, desde hace tiempo que Inapa, ni la Caasd, ni Coraasan y las otras ‘coras’ llevan a cabo trabajos notables de atención a los alcantarillados de disposición final de aguas servidas, por lo que se han acumulado los problemas. Ya vemos con frecuencia en la parte baja de Santo Domingo las tuberías explotando por saturación de su capacidad y derramando su contenido inmundo por las calles de la parte vieja de la ciudad, en especial Gascue, Ciudad Nueva y ensanche Lugo.

Lo que ocurre en el polígono central de la capital es una situación mucho más grave cuando todas las aguas negras, a través de filtrantes, van a parar al subsuelo de roca caliza y del cual se extrae, mediante pozos, el agua de servicio de los centenares de torres construidas en los pasados 20 años, con lo cual nos damos cuenta de que vivimos en un país con un clima y Sol privilegiados, que nos protege de la indolencia de las autoridades, responsables de velar por una buena operación de tantos sistemas de aguas negras existentes. Las plantas inservibles y arruinadas costaron mucho dinero y no se mantienen. Se prefirió gastar 1,300 millones de pesos en la remodelación de Palacio de Bellas Artes y no atender a que esas plantas operen eficientemente, cumpliendo con el servicio para el cual fueron construidas, de garantizar la salud general de la población. Y el turismo se resiente por ese descuido que se refleja en los entornos de Bávaro, Puerto Plata, Samaná, etc.

Publicaciones Relacionadas