Hoy 
(II de II)
Los daños múltiples que ocasionan los proyectos reeleccionistas se traducen en que la manía capciosa de continuar en el poder supedita los intereses del país a los del gobernante que aspira seguir en el mando supremo.
El permisivismo de no imponer el orden demorando ocho años en aprobar el reglamento de la Ley 285-04 de Inmigración que posibilitó haitianizar al país, no reformar la Ley 36 de Porte y Tenencia de Armas de Fuego y la 241 de Tránsito Terrestre, consistió en que dejar hacer no contrariaba a nadie aunque perjudicara al país, sumando votos a la reelección y lastres terribles para la causa nacional.
Consentir un cuerpo diplomático y consular excesivo, muchos de sus personeros residiendo en el país y cobrando en dólares sin rendir una labor, debe investigarse y obligar a sus beneficiarios retornarle al Estado esos valores indebidamente recibidos. Pero ya.
Prohibir que ningún departamento del Estado adquiera un solo vehículo en cuatro años, reparar los que tengan, y retornar a sus cuarteles a los militares y policías de todos los rangos que prestan servicios a funcionarios, y solo el presidente y vicepresidente de la República dispongan de escoltas y todos los funcionarios que la quieran que paguen servicios de seguridad privados y también los peajes de carreteras.
Vender en actos de alguaciles en funciones de venduteros públicos los acueductos, puertos y aeropuertos, en licitaciones transparentes, y esos recursos aplicarlos al 4% de Educación y fomentar los invernaderos sin las trabas sospechosas de corrupción de Medio Ambiente.
El Congreso Nacional dócil al ex presidente Leonel Fernández, veremos ahora si al presidente Danilo Medina, que es quien ordena los libramientos del Presupuesto del Estado para pagarles sus exorbitantes salarios y canonjías, nos cuestan a los contribuyentes este año RD$5,446.7 millones, y con un Congreso unicameral de solo el Senado, bastaría.
Esos recursos aplicarlos a fomentar la agropecuaria robusteciendo la cartera del Banco Agrícola, reformando la Ley 4314.
