Ahora vamos con la isla

Ahora vamos con la isla

ROQUE N. MUÑOZ PEÑA
Primero fue el Metro, después una marina en Sans Souci, luego un elevado en la Ortega y Gasset. Se habla también de un beisbolandia, un Montecarlo en Samaná y todos proyectos de un gran costo para un país en quiebra aunque actuamos como si fuéramos millonarios.

Ahora es una isla artificial. Pero bueno, ¿es qué nos estamos volviendo locos? Cuando un amigo me mostró este proyecto hace algunos meses, hecho en computadora, nos lució tan etéreo, que jamás me imaginé que pudiera concretarse tal desatino.

Por eso mi amigo y yo llegamos a la conclusión de que se trataba de un idea descabellada técnica, práctica y económicamente hablando por lo que me olvidé de tal despropósito rápidamente.

Sin embargo hoy veo y leo asombrado que el gobierno insiste en llevarlo a cabo por lo que lo sometió al Congreso Nacional vía el Senado, quienes lo llevaron a vista pública, con un resultado desastroso para el mismo ya que de 25 expositores, solo dos estuvieron a favor del proyecto ¿Y quiénes fueron? Lógicamente, los interesados en su construcción y un grupo de colegiados que pretendieron hablar a nombre del CODIA, pero sin derecho a ello porque su opinión no fue la decisión de la asamblea, tal y como lo establecen los Estatutos de esa institución.

Independientemente de que no existen aun los estudios técnicos, económicos, medio-ambientales etc., para poder justificar el proyecto, me voy a referir a un aspecto legal.

El articulo 5 de nuestra Constitución establece muy claramente que “el territorio de la República Dominicana es y será inalienable” y está integrado por la parte oriental de la isla de Santo Domingo y sus islas adyacentes.

Esto quiere decir, a mi humilde modo de ver que como se ha dicho que el gobierno no gastará un solo centavo en dicha construcción porque será responsabilidad de una empresa extranjera, lo que significa que dicha empresa será la dueña de la misma, entonces se estará violando la Constitución porque se está enajenando parte de nuestro territorio. De no ser el caso entonces el gobierno dominicano si tendrá que embolsarle a dicha empresa el costo de la misma lo que implica que se miente cuando se afirma que este proyecto no costará ni un solo centavo al gobierno lo que equivaldría a una barbaridad en estos momentos de tanta penuria económica, política y social de nuestro país.

Creo que después del contundente programa de la acusiosa Nuria Piera, el Sábado 10 del presente mes tanto el Gobierno como los promotores de esta monstruosidad van a desistir del tal despropósito.

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