VIRGILIO CALVO
Durante los últimos dos años la palabra ahorro se ha convertido en sinónimo de pérdida para muchos dominicanos. Y en aquellos que han visto reducirse en pocos meses los ahorros de muchos años a casi la mitad de su valor original, la desconfianza persistirá por largo tiempo, no importa que la tasa cambiaria tienda a estabilizarse y que la inflación parezca contenerse. Con este entorno, todavía impreciso, cabe preguntarse: Es posible ahorrar ahora?
Algunos dirán que es imposible, que el dinero no alcanza, que el costo de la vida se encarece cada día. Puede que esto sea verdad, pero también es muy cierto que el manejo responsable, prudente e inteligente del dinero puede hacerlo rendir más de lo que inicialmente imaginamos.
Lo primero que debemos preguntarnos es para qué queremos ahorrar y cómo lo haremos, de cuál forma lograremos un mayor rendimiento de nuestro dinero a corto, mediano o largo plazo.
No hay recetas mágicas, pero si muchas opciones que nos posibilitarán seleccionar la mejor para nuestras necesidades inmediatas y futuras, porque el ahorro es un concepto clave de las finanzas personales y un elemento crucial del éxito financiero.
Ahora bien, cómo empezar. Pues con un plan de ahorros que usted debe elaborar a partir de conocer claramente para que lo hará, y este es el punto más importante, pues sin un propósito bien definido el ahorro carecerá de sentido práctico.
Muchos dirán que es imposible ahorrar sin ingresos extras, que solamente podrán ahorrar si algo sobra, pero esta es una idea equivocada, consecuencia de no tener un plan de gastos basado en un presupuesto y ajustarse al mismo.
Comience trazándose una meta. Propóngase reducir sus gastos en llamadas telefónicas, electricidad, entretenimiento, etc. en un pequeño porcentaje mensual, durante uno o dos años, que le permita ahorrar dinero suficiente para el abono inicial de un nuevo auto o el pago de unas vacaciones o, si usted piensa en grande y a largo plazo, para invertir. También deje su tarjeta de crédito en casa o utilícela con mucho cuidado, recuerde que sus intereses son siempre altos.
Usted puede planear a corto, mediano o largo plazo, pero eso si, escríbalo, repáselo día por día hasta que ese plan-propósito sea parte de usted y se convierta en una costumbre perdurable y gratificante.
Una vez confeccionado su plan de ahorro vea dónde va a depositar su dinero, en una gaveta es una pésima elección, de hecho no es aceptable. Si usted tiene un propósito serio debe acudir con sus ahorros a una institución bancaria o financiera que le proporcione seguridad y rendimiento.
Las cuentas de ahorros son una buena decisión, también los depósitos a plazo fijo, si cuenta inicialmente con fondos suficientes, o ambas opciones combinadas.
Una cuenta de ahorro con bajos montos de apertura puede abrirse en casi todos los bancos y cooperativas de ahorro existentes en el país, pero usted debe consultar al menos tres de ellos para conocer las ventajas que le ofrecen, tales como intereses, acceso por internet, tarjetas ATH, premios, etc.
Es aconsejable tener más de una cuenta de ahorros, así usted puede controlar mejor su dinero. Una destinada a suplir los gastos domésticos, la cual le facilitará, entre otras cosas, tener un control más preciso de sus gastos, disponer de su dinero en todo momento sin la necesidad de llevarlo encima y beneficiarse de los premios y descuentos que le ofrecen algunos bancos. Y por lo menos otra para su fondo de ahorro, ya que al tenerlas bien definidas y separadas el retiro de dinero de una no afectará a la otra y su control será más fácil y eficaz.
No deje de hacer su presupuesto, pues éste es el instrumento que le dirá para qué y cuándo usará los recursos disponibles. Trate siempre de asignar una parte de lo que gana al ahorro. Por pequeña que le parezca la suma, al final, es dinero ahorrado.
Haga la prueba y compruebe que usted si puede ahorrar sin grandes sacrificios, solo debe proponérselo y cumplir con su propósito.