Ahorro a través de la eficiencia

Ahorro a través de la eficiencia

Las alzas de los precios del petróleo y sus derivados han vuelto a disparar las alarmas en este país que mueve su economía con hidrocarburos importados. En estas circunstancias, el llamado al ahorro -que nunca pasa de ser un llamado-  es lo primero que se les ocurre a las autoridades. Pero el consumo de carburantes, del mismo modo que causa erogación en  divisas para su importación, genera una parte considerable de los ingresos del presupuesto nacional.

El llamado al ahorro de energía en un país que en 2011 vio crecer en 110,000 unidades su parque vehicular en comparación con 2010, con una alta  proporción de yipetas, parece una prédica en el desierto. Ni pensar en ahorro en la industria, en las empresas, en el comercio, que son el motor de crecimiento de la economía. Por otra parte, han dado resultados deprimentes los llamados al ahorro en otras coyunturas de alzas petroleras.

Lo que necesita el país es hacer uso eficiente de la energía. Evitar tener lámparas y aparatos eléctricos encendidos cuando no se necesita, sincronizar los semáforos, organizar el tránsito y otras medidas por el estilo serían necesarias para lograr el ahorro. Aunque emigramos lentamente al uso de  gas natural, todavía los derivados del petróleo  tienen un alto peso en la factura de carburantes que usamos para producir electricidad. Eficiencia debe  ser la clave del ahorro.

Control sanitario hacia adentro

Los convenios comerciales con otros países nos obligan  a respetar medidas sanitarias que se aplican a los productos agropecuarios para  proteger a los consumidores y el medio ambiente.

Todo cuanto enviamos al exterior está sujeto a esas regulaciones, y lo que no se ajusta a estos patrones sencillamente no entra al mercado de destino.

Pero no pasa lo mismo con los productos destinados al consumo interno.   El Foro Agropecuario Dominicano (Foragro) afirma que en los mercados locales los productos agrícolas  se venden en condiciones de insalubridad que los hacen peligrosos para la salud, y destaca, en cambio, la higiene que prevalece en los supermercados.

Tiene mucho mérito la sugerencia de esta entidad para que se apliquen a lo interno las mismas reglas sanitarias que tenemos que cumplir con los productos agropecuarios que exportamos.

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