LEANDRO GUZMÁN
La carrera alcista en los precios del petróleo parece que no se detendrá por ahora. si esto es así, como pronostican los analistas, la República Dominicana tendrá que hacer serios esfuerzos para no solamente ahorrar combustibles, sino también buscar fuentes alternativas de energía. Este es posiblemente uno de los más grandes retos que tiene el gobierno del presidente Leonel Fernández. El presidente tiene planes para ahorrar energía en las instituciones públicas, pero todos sabemos que difícilmente eso se cumpla a cabalidad, ni tiene mucha significación frente al desembolso que tiene que hacer el país por la compra de combustibles.

Si el país en sentido general no se involucra en un posible programa de ahorro efectivo, estamos de acuerdo con el presidente de la República de que llegará un momento en que se hará difícil la gobernabilidad, con la posibilidad de que de eso se derive un caos generalizado.

Como ciudadano preocupado por esta situación, me he permitido hacer un ejercicio mental para llegar a conclusiones que entiendo pueden resultar válidas para ayudar a enfrentar este gravísimo problema, que pone en peligro la paz social.

Hemos partido de datos estadísticos, según los cuales aparecen como usuarios del servicio eléctrico registrados 1.5 millones, que consumen 854 millones de Kw. horas mensualmente. Por supuesto nos referimos a los que se les factura su consumo, pues aquellos que la roban, de conformidad con las expresiones del Presidente Leonel Fernández, constituyen un porcentaje apreciable.

Si tomamos un precio promedio por Kw/h consumido de RD$5.5 en todo el país, a las EDES podrían estar ingresando la suma de RD$4,697 millones mensualmente que en un año alcanzaría la monstruosa suma de 56,364 millones de pesos, que traducidos a US$ se convierte en 1,879 millones de dólares, cantidad que representa el 65 por ciento del costo de la Presa de Palomino sobre el Río Yaque del Sur, con una potencia instalada de 100 megavatios.

Frente a una de las crisis con proporciones de tragedia a corto plazo, esto si los precios del petróleo siguen su escala alcista, entendemos que un diez por ciento de ahorro sería posible sin que esto represente un sacrificio para las necesidades básicas personales del usuario de energía.

Si las autoridades gubernamentales iniciaran una campaña de instrucción, que podría ser en una zona piloto de 50,000 usuarios, por ejemplo en diferentes clases sociales y evaluar sus resultados, estamos seguros de que algo más que un diez por ciento se lograría y esto representaría del consumo nacional anualmente 187.9 millones de dólares aproximadamente.

Suma que se traduciría en que el Gobierno dejaría de invertir esa cantidad de dólares en la compra de petróleo. Si las autoridades llegaran a lograr este ahorro, podríamos llegar a la conclusión sin temor a equivocarnos, que el presente Gobierno podría iniciar y concluir la Presa de Palomino con recursos propios.

Hay otros renglones importantes en los cuales el Gobierno debe meter la mano para el ahorro de combustibles, pero ese será tema de otros estudios que nos proponemos sugerir públicamente a las autoridades competentes que tienen que ver con los problemas energéticos, algunas de las cuales ni siquiera están disponibles por la vía telefónica.