Ahorro para el retiro en la vejez se reduce a la mitad

Ahorro para el retiro en la vejez se reduce a la mitad

-VIII-

La almohadilla sobre la que acomodarían la vejez se desinfló. Los ahorros de largos años, forjando el futuro, se esfuman con la inflación que devora los limitados medios de vida de personas que por cuenta propia planificaron su retiro y los pensionados cuya avanzada edad coarta la búsqueda de nuevos ingresos.

Los esposos Fernández, septuagenarios metódicos, comedidos en el gasto, vieron con espanto la depreciación de su cuenta bancaria, mientras subían el estrés y la tensión arterial, afección que junto a enfermedades crónicas o agudas convierten la salud en el principal renglón en su presupuesto.

Don Miguel, ex propietario de un laboratorio químico, ahorró para vivir con decoro su vejez junto a su esposa, sin apelar a la ayuda o conmiseración de parientes. Pero en los dos últimos años la inflación les arrebatará más del 45% de sus ingresos, el 10.5% en el 2002 y 35% en el 2003, de acuerdo con las proyecciones del Banco Central.

La pérdida del poder adquisitivo en ese período sería de 52.5%, según el Centro de Investigación Económica de las Antillas (Cenantillas), que estima la inflación de este año en 42%.

¿Qué hacer? –¿Y qué puede hacer un viejo, comer menos y esperar morirse más pronto, simple y llanamente?, exclama con evidente malestar y abatimiento.

No obstante, lucha por sobrevivir. No sólo constriñe los alimentos, sino la electricidad y cuanto permita ahorrarse unos pesos. Por eso acababa de discutir con su esposa, quien encendió el acondicionador de aire que eleva la factura sobre los RD$3 mil mensuales.

Sus altercados son más frecuentes. No es que antes no existieran fricciones y enojos, mas nunca como en estos días en que las tensiones se agigantan con la inflación, produciéndole taquicardia, gran irritabilidad cuando llegan las facturas de electricidad, agua y teléfono reclamando más dinero.

Los esposos Fernández residen en una amplia vivienda en la zona universitaria, construida en 1955-1960 con RD$10 mil financiados con cuotas de RD$65 mensuales, «sin que el banco dijera subió o va a subir más». Sobre una mesita de la sala reposa el teléfono instalado al mudarse, –Ese mismo aparato, que desde entonces sigue ahí en esa mesita, pagaba RD$5.50 mensuales y ahora RD$1,300.

A su edad y la de su esposa aparecen los achaques, prescribiéndoles sus médicos hiperglucémicos, antihipertensores, diuréticos, vitamínicos más concentrados, antiulcerosos y analgésicos que, con el alza desmedida en los precios, elevan el monto de la medicación de ambos en más de RD$20 mil al mes.

Don Miguel usa cuatro fármacos y está buscando genéricos, los de marca que le costaban RD$3 mil se elevan a RD$7 mil. El más barato que usa es el Lodipín de 5 gramos, contra la hipertensión, se vendía a poco más de RD$100 y actualmente lo adquiere a RD$400, en concentrados de 20 gramos vale RD$598.

La hipertensión constituye la principal causa de enfermedad y muerte entre los dominicanos. Se estima que en la población mayor de 18 años uno de cada cuatro es hipertenso, una proporción altísima que abarca gran cantidad de personas sin posibilidad de costearse el tratamiento.

Los precios de los antihipertensivos aumentaron considerablemente, un tratamiento con dos fármacos de calidad vale RD$1,100, y utilizando bloqueadores, RD$1,800.

La esposa de don Miguel usa Lipitor, contra el colesterol, cuesta RD$1,150 y sólo trae diez pastillas, a razón de una diaria gasta al mes RD$3,450. Además, toma una cápsula semanal de Poxama y cada una cuesta RD$500. Padece osteoporosis y debe tomar mucha leche, pero por el alza desmesurada de este alimento consume menos, inclusive prepara leche de soya.

–Por la noche pongo una cucharada de granos de soya en un vaso de agua y al día siguiente se bate.

Los fármacos contra osteoporosis, colesterol, hipertensión, cáncer, diabetes y Sida figuran entre los más costosos.

–Un cuñado mío tiene un hijo con Sida, hace tres meses gastaba en tres medicamentos como RD$11 mil o RD$12 mil y hoy le salen por RD$30 mil, ¿qué puede esperar ese pobre muchacho?, morirse.

Altos precios tienen los medicamentos contra el cáncer de próstata, elevándose el tratamiento a RD$10 mil mensuales, con fármacos de uso permanente. Muy elevados son, por igual, los de urología y oftalmología, unas gotas contra el glaucoma se cotizan en alrededor de RD$2 mil, mientras el genérico puede costar la mitad.

Una paciente con glaucoma usa Xalata, gotas para bajar la presión ocular, que este año subió de RD$703 a RD$1,900, un dineral, pues consume dos frascos cada mes.

Paralelamente aumentan las tarifas en las consultas médicas, RD$600, RD$800, RD$1,500, los análisis, estudios y demás diagnósticos, como una sonografía pélvica que cuesta de RD$500 a RD$600, la tomografía axial, de RD$2,500 a RD$3,000, o una electroencefalografía digital, RD$850.

El alza ocurre en momentos en que crece la incidencia de enfermedades, se descontinúan tratamientos médicos y se degrada la nutrición.

[b]PENSIONADOS[/b]

No menos de doce personas se sentaban cada día a la mesa de doña Elvira y don José, hijos y nietos de esta pareja septuagenaria con 50 años de casados, que multiplican su pensión, RD$4 mil y RD$7 mil, respectivamente, el magro fruto de largos años de labor en el magisterio y la judicatura. Entre ambos RD$11 mil mensuales, cuyo valor real se reduce a la mitad con la inflación de los últimos dos años.

–Vivimos de la pensión, no tenemos otra cosa que nos provea dinero -comenta doña Elvira-, pero todo está en saber administrar los centavos que se reciben, hay gente que aunque tengan un saco de dinero se viven lamentando, y es que consumen más de lo que ganan. Uno tiene que arroparse hasta donde le alcance la sábana.

Aunque es optimista y no le agrada la gente quejumbrosa, frente a tantas escaseces pensará en tiempos apocalípticos, pues en el campo donde se crió nunca faltó la comida.

Su esposo, abogado, fue fiscalizador, juez de Primera Instancia, procurador de la Corte, en Jimaní y Barahona. –Pero no pagaban nada y uno está pensionado con cheles. Fui senadora, y cobro muy poco de pensión, es una humillación que hacen a una persona que duró toda su vida trabajando, profesora de muchos años en primaria y en secundaria, y con las funciones que uno tuvo es para estar mejor.

La protección de los hijos impide que su situación no sea tan precaria como la de muchos ancianos desamparados, condenados a la mendicidad. De 176,800 envejecientes pensionados, hay personas con asignaciones mensuales de menos de RD$400, mientras otros reciben de RD$75 mil a RD$100 mil.

Más aventajados que ellos son 35,000 dominicanos pensionados en el exterior, especialmente del Social Security de Estados Unidos, aunque la inflación disminuye su poder de compra.

Alrededor del 10% de la población dominicana, 800 mil personas de 60 ó más años, están en edad de retiro, pero la mayoría, 623,200, el 82%, se encuentra abandonada a su suerte, dependiendo de algún familiar o de la caridad pública, al excluirlas de los beneficios que proporcionaría un adecuado sistema de salud.

Según el Consejo Nacional de Seguridad Social, esa situación se revertirá gradualmente al garantizárseles a esos envejecientes una pensión mínima que mejore su calidad de vida. Poco alivio tendrían, pues la pensión mínima corresponde al 60% del salario, cuyo promedio se estima en RD$2,977 mensuales.

Mientras, senadores y diputados mantienen un festival de pensiones, regularmente para personas de su filiación política, algunas de RD$40 mil o RD$65 mil al mes.

[b]HIPERTENSA Y DIABÉTICA[/b]

Como muchos diabéticos, doña Elvira es también hipertensa y gasta mucho en fármacos y consultas médicas. –Tenía un seguro médico oficial, pero me lo suspendieron, pensaron que cuando tuviera esta edad me iba a morir, estoy en sacar uno privado.

Los diabéticos confrontan problemas para costearse la medicación por el alto costo de la insulina, que subió de RD$478 a RD$762.25, y porque además son hipertensos y necesitan varios tratamientos. Ella toma Tenoreti, Vigoral y otros fármacos cada vez más caros. —Uuuyyy carísimos, tengo unas pastillas que cuestan casi RD$3 mil, y en medio de eso, me indican más.

En ocasiones, eroga cuantiosas sumas en salud. Hace seis meses le practicaron un implante de rótula y, pese a que aún tenía seguro médico, pagó más de RD$30 mil, monto incrementado, igual que los precios de otras intervenciones y prótesis.

Tras una caída, a una señora de 90 años le implantaron hace quince días una prótesis de cadera, valorada en RD$53 mil, con los gastos en clínica, honorarios médicos y medicamentos elevaron la cuenta a RD$80 mil.

Las intervenciones quirúrgicas y diversos tratamientos aplicados a pacientes internos en clínicas tienen costos astronómicos, los pacientes se quedan atónitos al entregarles facturas de RD$100 mil, RD$200 mil y más.

[b]DAR DE COMER AL QUE LLEGUE[/b]

Antes de la crisis, los RD$11 mil bien administrados hacían que no faltara el quintal de arroz y carne. –Claro, ahora eso no se puede hacer, pero acostumbramos darle de comer al que venga, si llega alguien y no ha comido, si no hay, se la preparo.

No tiene un estimado de gastos en alimentos. –No, porque hoy se puede cocinar dos libras de arroz pero mañana pueden ser cuatro. Aquí fijo vivimos seis, mi hija con sus dos hijos, mi esposo y yo, pero vienen mis otros hijos y nietos. Ellos traen cosas de los supermercados y los ponen en la despensa, pero no por ningún compromiso establecido y tampoco me dan dinero.

Mensual o cuando se termina la reserva, gasta alrededor de RD$2 mil en el supermercado, reduciendo la cantidad de arroz, carne y otros artículos. –Si no puedo comprar mucha carne se liga con molondrones, berenjenas o un poco de tayota.

Desde su casa percibe el descenso en la demanda de productos alimenticios, en un colmado ubicado al frente. –Eso se ve a legua, mira eso ahí, era lleno que vivía, y esos infelices como que no están vendiendo nada.

Doña Elvira agradece a Dios haber podido comprar su casa años atrás, pero la electricidad «está acabando con todo el mundo», superando su tarifa los RD$1,000 mensuales.

[b]NO LLEVA SU TRATAMIENTO[/b]

Doña Luisa, pensionada de la Policía, reside en Los Jardines del Norte con dos de sus diez hijos, tan pobres como ella. Sus quejas llueven ante las alzas de los medicamentos. –Ahí tengo tres recetas y sólo compré una, pero por error una de las que se me quedó fue la del corazón, la más cara, cuesta más de RD$800.

Sólo lleva parcialmente el tratamiento. Le prescribieron Atolonol 500, dos pastillas diarias, cada una valorada en RD$10, las compró al detalle para doce días. Como sufre de osteoporosis debe consumir leche diario, pero no lo hace.

–A veces me pasan días y no la tomo porque la que compraba, de la gigante, no llegaba a RD$200 y está a RD$500. Esta situación me ha afectado en todo, antes no me enfermaba y ahora no salgo de una clínica, cuando no es el ácido úrico es la osteoporosis, la presión alta o el azúcar. Yo no sé cómo no me he vuelto loca.

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