LONDRES. AFP. Amnistía Internacional destacó «progresos» en la lucha contra la impunidad por los crímenes cometidos por las dictaduras en América Latina, en su informe anual sobre el estado de los derechos humanos en el mundo publicado en Londres.  

La organización subrayó que los «procesamientos clave» que tuvieron lugar el año pasado en países como Argentina, Brasil o incluso en Guatemala, pese a la incertidumbre que rodea actualmente el caso del exdictador Efraín Ríos Montt, «señalaron importantes avances en la búsqueda de la justicia por las violaciones cometidas durante los gobiernos militares pasados».  

Procesado en 2012, Ríos Montt fue condenado el pasado 10 de mayo a 80 años de cárcel por genocidio y crímenes de lesa humanidad cometidos durante su gobierno de facto entre 1982 y 1983.  

Pero la Corte de Constitucionalidad de Guatemala anuló esta semana la sentencia al concluir que no se cumplió el debido proceso tras una suspensión del juicio, el 19 de abril, por lo que todo deberá repetirse desde esa fecha.  

«Vamos a monitorear y esperamos, habiendo ya dicho la Corte que los testigos antes del 19 de abril son válidos, que las víctimas y sus familiares tengan justicia en en las próximas semanas», declaró con optimismo a la AFP Guadalupe Marengo, directora del programa América de Amnistía Internacional. 

Otra condena histórica para la organización fue la que se dictó en julio pasado en Argentina, contra los exdictadores Jorge Videla y Reynaldo Bignone, por un plan sistemático de apropiación de hijos de desaparecidas durante el régimen militar que gobernó su país de 1976 a 1983, aunque el primero falleció la semana pasada.  

Pero, subrayó Marengo, «Videla murió en la cárcel habiendo sido condenado por las violaciones que se cometieron durante su mandato».  

Brasil, uno de los países que no ha juzgado todavía a ningún represor, dio también un paso importante con la creación de la Comisión de la Verdad, que continuará sus trabajos hasta 2014 pero esta semana dio una primera radiografía de la represión y la tortura durante la dictadura (1964-1985).   

«Esperemos que después lleve a justicia y a reparación también en ese país que es uno de los que no ha tenido nada», señaló Marengo.  

Pese a estos avances, Amnistía señaló que «de Canadá hasta la Patagonia» en todos los países de la región se registraron el año pasado «graves violaciones de derechos humanos».  

En este sentido, la organización considera que Brasil tiene un gran reto por delante con la organización del Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro, dos años después.   

«Este tipo de proyectos de alguna manera conllevan violaciones de derecho humanos (…) porque los Estados no se toman en serio el deber que tienen de consultar» y de ofrecer alternativas a la gente afectada, explicó Marengo, señalando un «problema grave de desalojos forzados en ese contexto».  

La seguridad continúa siendo un problema en el subcontinente, y en particular en México, donde la Procuraduría General de la República indicó en febrero que el número de desaparecidos en el contexto de la lucha contra el narcotráfico ascendía a más de 26.000 entre 2006 y 2012.  

Sin contar los problemas que sufren cruzando ese mismo país los migrantes provenientes de América Central, y a veces también del Sur, que sueñan con llegar a Estados Unidos.  

También preocupan a Amnistía las condiciones carcelarias en la región, en particular en Venezuela, Brasil y Honduras, la tortura, los malos tratos, la violencia contra las mujeres y la infracción de sus derechos sexuales y reproductivos.  

Respecto a las mujeres, la organización lleva a cabo una campaña en favor de Beatriz (nombre ficticio), una joven salvadoreña embarazada de más de cinco meses a la que se le niega un aborto terapéutico en su país, uno de los cuatro países de la región en los que está tajantemente prohibido, a pesar de que su vida corre peligro y el bebé tiene pocas posibilidades de sobrevivir al parto.