Aisha Syed cautiva público

Aisha Syed cautiva público

La aclamada violinista dominicana Aisha Syed ofreciendo su recital en el Teatro Nacional Eduardo Brito.

La destreza y el talento de Aisha Syed y los músicos que participaron en este recital quedaron en alto.


La bellísima Obertura “Carnaval” del compositor checo Antonin Dvorak, escrita en forma de sonata, comienza con un tema animoso y efervescente, es un canto a la vida disipada, el ritmo sincopado de la apertura nos envuelve en esa atmósfera festiva; luego, como la vida misma, cambia el carácter de la obertura, una sección intermedia más lenta contrasta.


Es un encantador interludio de trompa y flauta respaldado por brillantes cuerdas, para luego concluir con la misma intensidad del inicio. El ritmo variante pautado por el director para cada sección, es preciso, apropiado.
La noticia de la presentación de nuestra violinista Aisha Syed, quien tocaría por primera vez en nuestro país con un violín Stradivarius, causó gran expectativa. El concierto escogido para esta noche especial fue el Op.77 en Re mayor, de Johannes Brahms, único concierto del compositor para violín y orquesta.

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Syed dirigida por Morales

Al inicio del primer movimiento Allegro non troppo, fagotes, cornos, violas y chelos tocan el tema principal, tras la extensa introducción, la solista interpreta una breve melodía, para luego establecer un diálogo con la orquesta. El segundo movimiento, Adagio glamorosamente lírico, abre con una hermosa melodía que expone el oboe, dando paso a la solista; este movimiento lento, hermoso, “parece expresar el alma misma del violín”, Aisha sobrecoge con la dulzura de los agudos y la pureza del sonido que extrae del famoso instrumento.


El tercer movimiento Allegro recupera la fuerza del primero, la solista requiere de una técnica superior para sortear los contrastes y matices, las dificultades de las dobles cuerdas con escalas agudas y rápidas. Aisha Syed hace gala de un gran virtuosismo, del dominio de la técnica del arco y aprovecha el clímax de este movimiento, que con un acompañamiento retumbante, se convierte en una apoteosis musical. Aisha nos hace vibrar de emoción y nos transporta a espacios de excelsitud.

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La violinista Aisha Syed y el maestro Jaime Morales


El público, poseído de la magia, se levanta y aplaude calurosamente, llama a Aisha a escena una y otra vez y esta agradece, nos regala un encore, la hermosa “Allemande” de la Partita No.2 de J.S. Bach. El director Jaime Morales logra la precisa conjunción orquesta-solista.

Luego del intermedio, el concierto cierra con la Sinfonía No. 8 Op.88 de Antonin Dvorak, inspirada en la música tradicional Bohemia, en la que el compositor, en una secuencia de imágenes pastorales y de danzas, revela su inclinación por la música folklórica Checa y Eslava.


Una fanfarria inició el turbulento movimiento final Allegro, ma non troppo, el cual evolucionó en una bella melodía.

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