¡Ajá! ¿El Alpha?

¡Ajá! ¿El Alpha?

Emanuel Herrera, (el Alpha) interpreta los temas “Tarzán”, “Jalao” y “Como yo me muevo no se mueve nadie”, entre otros, al final de un vídeo, señaló las banderas de República Dominicana que ondeaban a su espalda en la plaza y lanzó un improperio (impublicable por ofensivo) contra Duarte, Sánchez y Mella.

El párrafo anterior fue extraído de la publicación de un periódico, se refiere a un “artista” cuya “obra” incluye ese llamado a dar cintura y limpiar hebillas que dice: “Como yo me muevo no se mueve nadie”.

Si somos capaces de celebrar tal “lírica” andamos dentro del terreno cenagoso que permite a personas como el Alpha, estar en el foco de atención de la gente.

¿Es que hemos perdido el rumbo o cambió el capitán y el barco, con otro timonel, navega a la deriva hacia un rumbo cierto que no somos capaces de entender, asimilar y aceptar?

El Alpha es un producto directo del chernaje que comenzó a deteriorar las buenas costumbres cuando se puso de moda un merengue que invitaba: “al amanecer, al amanecer nos vamos, al amanecer, nos vamos pa’ Guachupita?”. Seguir la parranda, pero en sitios donde la decencia tiene otras reglas que no son el pudor, las buenas costumbres, el habla respetuosa y decente.

Uno de sus antecedentes es aquella “lírica” que canta: “¡vecina, llegó el cuabero, a coger su estilla!” O la más que insinuación del gago que explicaba: “yo vine pa’ que me, preste dos pesos”.

El Alpha es un efecto, la causa ya pasó, el origen del irrespeto y la plebería se quedó nadie sabe en qué recodo del camino, quizá en aquello de: “mami dime donde está el negro”. O puede que en: “pónmelo ahí que te lo vuá partí”.

El irrespeto a los Padres de la Patria se agudizó cuando se dejaron de cantar los himnos que los elogian y se eliminaron páginas de la Historia, por parte del gobierno y el Ministerio de Educación, para que los jóvenes no conocieran a Duarte, Sánchez y Mella.

No sé lo que dijo el Alpha pero hay muchos maledicentes de clase media, incluyendo profesores universitarios, que se atreven a dudar de la orientación sexual de Juan Pablo Duarte, son los mismos que miden el patriotismo por el rasero del tirano Ulises Heureaux quien le gritó: “no remenearan el altar” a un grupo de jóvenes de entonces que dudaban de la heroicidad de los Padres de la Patria.

El “castigo” impuesto al Alpha no me interesa por quién, resulta un premio del cual disfruta cuando decenas de personas lo acompañan a verlo cumplir su condena, ¿estarán de acuerdo con él, lo acompañan por solidaridad?

El Alpha, al fin y al cabo, es otra víctima de la desinformación inducida.

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