“Quiero, para el 2014” –dice Píndaro-: “Unos pies, ‘pesaos’… Para que los vaivenes de la vida no nos saquen de balance, ni los desaciertos de algunos políticos nos tiendan a confundir, como a ellos… Unos pies “pesaos”… y tan grandes para que nos puedan “fondear” sin que nos hundan…”.
“Unos tobillos, ‘elásticos’… Para que nuestro tendón de Aquiles no siga fuñendo la pita como lo está haciendo por un descuido al mucho caminar por los caminos escarpados… Unos tobillos elásticos… para “brincar la tablita” que cada día encontramos en nuestro camino, porque otros nos la ponen para que resbalemos, o porque nos las creamos nosotros mismos al no ver más allá de nuestras naríces…”.
“Una pantorrilla… Que no nos permita estar en la orilla… Porque las orillas son para los pendejos… Sino, que nos encamine hacia lo seguro y con firme decisión… Una pantorrilla… que siempre nos proteja de tener una vida que pueda ser, ni remotamente, una pantomima..”.
“Unas rodillas… Que nos eviten tener que llegar a ponernos de rodillas ante las vagabunderías que -ante los ojos de los que están llamados a evitarlas- se cometen en nuestro país cada día… Unas rodillas… para darle por los fondillos y con to’el pie a aquellos que se las pasan de vivos y abusan de la bondad de los que no tienen nada en sus vidas… Y, no porque no quieran, sino porque parte del sistema no les deja…”.
“Unos muslos… Sí… Unos muslos ejercitados y resistentes, para soportar el peso de nuestro cuerpo que cada día se enfrenta a una presión incalculable del medio ambiente y a la falta de respeto al peatón… Unos muslos… que, esperamos, no se conviertan en muslos de pollo ni de gallina…”.
“Una cintura… Para poder movernos libremente a todos lados… Una cintura… Para tener la seguridad y entereza de, a través de nuestros análisis, meter a otros en cintura…”.
Un estómago… Satisfecho para lo bueno… y no para lo malo… Un estómago… que nos permita soportar con gallardía, la falta de educación que campea por doquier en nuestro pueblo, al tiempo que corroe a los jóvenes que son el futuro de la patria…”.
Un pecho… Que nos permita a todos no estar como el gato y el ratón… Un pecho… que nos dé fuerzas para -con los ratones- ejercer nuestros derechos a eliminar a los gatos que cada día son más, corrompen nuestros cimientos y debilitan las próximas décadas en aras de salvar un presente que se esfuma…”.
Un cuello… Con suficiente flexibilidad, para voltearle la cara al mentiroso, al abusador, al depredador, al maltratador, al usurero, al usurpador de funciones, al aprovechador de sus funciones de servicio público para su único bienestar personal… Un cuello… que nos facilite ver, continuamente, en 360 grados…”.
Una boca… Sí, una boca, para decir las cosas que nuestra conciencia nos dicte…. Un boca… que nadie nos pueda tapar, pues es parte esencial para que se nos respete y, por qué no, para nosotros también respetar al saber expresarnos ante los demás…”.
“Una nariz… Con la suficiente precisión que nos permita poder olfatear dónde huela a porquería…. Y se estén cometiendo desmanes… Una nariz… no importa si aguileña, perfilada, redondeada, o que haya sido objeto de una buena trompada… Pero, que sí facilite percibir las cosas buenas y sanas de la vida…”
“Unos ojos… ¡Que ni Supermán en sus buenos tiempos!… Unos ojos… con el brillo suficiente para destellear en la oscuridad y saber cerrar ante los que nos quieren impresionar…”.
“Un corazón… ¡Grande y generoso para ayudar a todo el que lo necesite!”
“Una mente… ¡Lúcida!… ¡Clara!… ¡Aguzada!… ¡Fresca y atrevida para los nuevos proyectos!… ¡Analítica y cauta para lo que parece ser una quimera y al final resulta ser un engaño!…”
“¡Entrémosle al 2014 con to’ los jierros!”