«Pronto, veremos a países árabes, regionales y occidentales, que respaldan el terrorismo, pagar un precio caro», señaló Al Asad, sin precisar los nombres de esos estados, aunque en anteriores ocasiones ha acusado a Catar, Arabia Saudí y Turquía, entre otros.El mandatario, en el poder desde 2000, pronunció estas palabras tras jurar el cargo de presidente ante los miembros del Parlamento en el Palacio Presidencial.

Prometió que en la nueva etapa que se abre seguirá la lucha antiterrorista: «Renuevo mi llamamiento a quienes fueron embaucados para usar las armas contra el Estado para que se rindan, porque no pararemos la lucha contra el terrorismo hasta que restablezcamos la seguridad en todas las partes del país», dijo.

En su opinión, Siria es objetivo de una agresión «que no tiene como blanco ni a las personas ni al Gobierno, sino a la patria nacional».

Anunció que las autoridades lanzarán un diálogo nacional sobre el futuro, en el que no estarán invitados aquellos que «han demostrado no ser patriotas».

En ese sentido, y dirigiéndose a la oposición, apuntó que su Gobierno dialogará «con las fuerzas sirias que están en el extranjero como si fueran representantes de los países a quienes son fieles».

Al Asad fue el vencedor de los comicios presidenciales del pasado 4 de junio, en los que obtuvo el 88,7 % de los sufragios.

Sobre su triunfo electoral, indicó que «los sirios vencieron de todas las maneras el miedo y a los terroristas con el referéndum (constitucional) y las elecciones, y pasaron bajo el fuego e hicieron fracasar al enemigo».

«Miramos al futuro con mayor confianza -agregó-. Creemos que el futuro será nuestro y estará en manos de los sirios y de nadie más».

A su juicio, con la votación, los ciudadanos se aferraron a la patria y rechazaron la «fitna» (discordia) y la división, así como cualquier forma de terrorismo.

Por otro lado, comentó los últimos sucesos en la Franja palestina de Gaza y opinó que «lo que ocurre en Tierra Santa es un plan occidental para aplicar la supresión y la tiranía» en la región.

Destacó que los acontecimientos en Siria y la región están directamente relacionados con lo que pasa en Palestina, y criticó a la Liga Árabe por lo que consideró su colaboración en mantener el bloqueo israelí sobre Gaza.

A lo largo del discurso, que duró hora y media, apareció relajado e incluso hizo bromas, y también enunció las que serán las líneas maestras de su política en los próximos años, donde la reconstrucción del país y la lucha contra la corrupción están entre las prioridades. EFE