El horripilante asesinato del Abogado y profesor de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UASD, Dr. Yuniol Ramírez, a quien personalmente no conocí, presuntamente secuestrado en ese recinto y luego muerto de un disparo a la cabeza, atado con cadenas y dos blocks en el pecho hallado horas después tirado en un arroyo de acuerdo con el certificado del médico legista y las indagaciones preliminares del Departamento de Investigaciones Criminales de la Policía Nacional, a lo que se agrega las diversas versiones sobre causa posible de ese horrible suceso, ha conmocionado la conciencia nacional y colocado a la nación y al gobierno del Presidente Medina al borde de un precipicio que hay que evitar, esclarecer y desterrar de manera contundente.
En los gobiernos del Partido de Liberación Dominicana (PLD) a partir del segundo mandato constitucional del Dr. Leonel Fernández y del actual Presidente de la República, la característica más resaltante ha sido el de una ambición de poder hegemónico desmedido y acumulamiento de riqueza de difícil justificación de parte de destacados dirigentes políticos y altos funcionarios, ligados al fraude, soborno, corrupción e impunidad, al crimen contra la cosa pública a nivel de escándalo, agravado con el caso Odebrecht, tocando de paso la adjudicación de la Planta de Carbón de Punta Catalina; pero jamás ni nunca a la represión, expatriación y mucho menos al crimen político, como la supresión de un combatiente opositor en el caso de la especie.
En el país existen funestos precedentes posteriores a la criminal dictadura del Generalísimo Trujillo: los 12 años luctuosos del gobierno represivo y despótico del Dr. Joaquín Balaguer, con el apoyo de fuerzas retrogradas e invasoras que malograron el Gobierno democrático de Juan Bosch y la primavera de la Revolución de Abril del 1965.
Esa etapa de persecución criminal, fue superada por los gobiernos sucesivos del PRD, PLD y hasta del renovado líder del PRSC, y el presidente Medina, a pesar de los pesares, del descalabro institucional existente, ha sabido sortear la escabrosa situación interna de su partido y externa, al punto de que una reciente encuesta lo coloca como el gobernante más cercano de Vlademir Putin en una especie de certamen de simpatía popular.
Sin embargo hay un precedente que Narciso Isa Conde reconstruye en su refrescante libro “Secretos, vivencias… de lucha, vida y amor” recién publicado, donde rescata una carta entregada personalmente al Presidente Leonel Fernández en que denuncia la trama criminal contra su vida orquestada por el Presidente colombiano Álvaro Uribe y su Embajador Gral. Chaux Mosquea combinado con la CIA, de la cual nuestro Presidente, teniendo conocimiento de ella, callaba.
Cierto es que el crimen de Yuniol no tiene semejante entramado. Pero el Presidente Medina ante este tenebroso suceso haría bien hablar bien claro. Evitar que su gobierno con su silencio se desprestigie a tal extremo.
Lejos está mi sospecha de que eso ocurra o pueda ocurrir , pero si se hace preciso y necesario evitar, a toda costa, que eso ocurra.