¿Conviene tomar un préstamo para “recoger” varias deudas y consolidarlas? La respuesta a esta pregunta, que es muy común, debe tomar en cuenta más que la transacción puntual del préstamo.

En principio, la consolidación de deudas puede ser conveniente si conlleva la migración de un “vehículo” tóxico de deuda a uno que lo es menos.

 Sin embargo, para que la consolidación se convierta en una verdadera reestructuración de los pasivos, es clave comprender las causas que provocaron el endeudamiento.

¿Fue la causa la ocurrencia de alguna contingencia?   ¿O fue fruto de pequeños déficits que se fueron acumulando en el tiempo?

En caso de que la deuda arrastrada haya sido causada por una contingencia, entonces deben tomarse medidas para evitar, en lo posible, que una contingencia futura obligue a un nuevo endeudamiento. 

Para ello se recomienda ahorrar para construir un fondo de contingencia de al menos tres veces el monto del costo básico recurrente de la comunidad. 

Si la deuda fue causada por pequeños déficits acumulados durante un tiempo, entonces debe analizarse cuidadosamente el movimiento financiero. Algunas preguntas relevantes son: ¿Cubre el ingreso ordinario el costo básico? ¿Es posible “higienizar” algunos hábitos en la comunidad para eliminar el déficit? ¿O el déficit es producido por una “ocupación” excesiva de la diferencia entre el ingreso y el costo básico?

En cualquier caso es importante que hagamos este análisis de manera valiente, con la disposición a  aceptar lo que la realidad nos diga.

ZOOM
Aceptar la realidad

Como parte del cambio de ciclo financiero, no descartes la necesidad de ajustar algunos hábitos, ni la posibilidad de tomar alguna medida drástica para liberar parte del excedente entre tu ingreso ordinario y tu costo básico recurrente.  Más allá de la consolidación de las deudas, estas son las medidas que pueden evitar que se repita la acumulación de una deuda indeseada en el futuro.