Al desnudo el descrédito de los partidos políticos

Al desnudo el descrédito de los partidos políticos

POR JUAN BOLÍVAR DÍAZ
La Cuarta Encuesta Nacional de Cultura Política y Democracia (Demos 2004) pone al desnudo el descrédito de los partidos y la clase política dominicana en términos que ameritan una profunda reflexión de cuantos se preocupan por el devenir del proceso democrático en el país.

Aunque registra una disminución, todavía las tres cuartas partes de la población manifiesta preferencia por la democracia como sistema político, pero llama la atención que sólo un 15 por ciento se siente satisfecho con su funcionamiento, lo que deja interrogantes sobre su futuro.

La investigación, dada a conocer este jueves, también muestra el deterioro que registró el gobierno del presidente Hipólito Mejía en su última mitad, así como los altos índices de percepción de corrupción y de inseguridad y la escasa credibilidad de la población con relación al funcionamiento de la justicia y la Policía.

LOS PARTIDOS EN LA PICOTA

Si algo queda absolutamente ratificado en los resultados de la Cuarta Encuesta Demos, cuyo informe preliminar fue entregado este jueves, es que la actividad política registra índices muy preocupantes de aprobación en el país, aunque todavía un alto porcentaje de la población muestra interés por sus expresiones, especialmente en cuanto a la participación en elecciones.

No se trata de una encuesta más, sino de una profunda investigación, la cuarta del género, que abarcó 4 mil 460 entrevistas individuales, realizadas entre el 20 de enero y el 3 de marzo pasados. Las anteriores fueron efectuadas en 1994, 1997 y 2001, siempre con los auspicios de la Universidad Católica madre y Maestra, a través de su Centro Universitario de Estudios Políticos y sociales, del Centro de Estudios Sociales y Demográficos y de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.

Para la política y los partidos, los hallazgos son devastadores. El 64 por ciento otorga poca o ninguna credibilidad a la clase política y sólo el 39 por ciento apoya al sistema político, mientras un 61 por ciento no lo apoya. Un 45 por ciento, 7 puntos más que hace tres años, considera que los partidos sólo defienden los intereses de algunos grupos o personas.

Los partidos aparecen en el último escalón en la confianza de la ciudadanía entre 14 instituciones sociales y gubernamentales, con un índice de 21.5 por ciento. Al igual que en las Demos anteriores la Iglesia Católica encabeza la confianza con un índice del 70 por ciento, aunque con 8 puntos menos que el promedio de América Latina, según las mediciones del Latinobarómetro, citadas por el Rector de la PUCMM en el acto de presentación.

En la escala de confianza le siguen los medios de comunicación, con 65.8 por ciento y las iglesias evangélicas con 50.5 por ciento. En orden descendente aparecen la Dirección de control de Drogas, la Junta Central Electoral, los militares, sindicatos, síndicos/regidores, justicia, policía, congreso y Presidente, los tres últimos con porcentajes de 33, 28 y 23 por ciento, respectivamente.

En relación a la Demos del 2001, ha decaído el interés de la población por la política, del 37 al 32 por ciento en el nivel de mucho/bastante, y del 49 subió al 54 por ciento los que muestran poco interés, mientras se mantuvo en 13 el porcentaje de los que registran ningún interés.

El desinterés por la política afecta especialmente a las mujeres. El 75 por ciento de ellas dicen no tener nada o poco interés en la política, 4 puntos más que en la anterior. El 17 por ciento, 4 puntos menos, dijeron que bastante, mientras las que tienen mucho interés se mantuvieron en 8 por ciento.

Entre los hombres el interés por la política es mayor, aunque también con porcentajes más bajos que hace 3 años. El 17 por ciento manifiesta mucho interés, tres puntos menos, en el nivel de bastante aparece el 24 por ciento, sólo 1 menos, y los que muestran poco o nada de interés suman el 59 por ciento, 5 puntos más que en la Demos 2001.

APOYO A LA DEMOCRACIA

Aunque el apoyo a la democracia cayó en un 3 por ciento en relación a la Demos 2001, todavía es alto el porcentaje de la población encuestada que prefiere la democracia como sistema de gobierno, lo que es un aliento para las perspectivas nacionales. Sin embargo sólo un 19 por ciento muestra satisfacción con el funcionamiento de la democracia, proporción que se reduce al 15 entre quienes prefieren el sistema.

En contraposición al alto porcentaje que apoya la democracia, el 69 por ciento estima que hace falta un gobierno de “mano dura” que imprima respeto a la ley, respeto general y orden.

La insatisfacción con el funcionamiento de la democracia puede estar vinculada a la creciente desconfianza en los partidos. Contradiciendo la matriculación que estos proclaman, sólo un 21 por ciento dice pertenecer a esas organizaciones o participar en sus actividades, mientras un 24 por ciento afirma que no tiene ninguna participación y el 33 por ciento asegura que solo tiene participación electoral. El 22 por ciento confiesa su participación en organizaciones e iniciativas sociales.

Sin embargo, cuando se mide la simpatía por los partidos, el panorama es más alentador, pues aunque la matrícula partidaria se mantiene en la última década en menos de un quinto de los encuestados, el informe indica que los que expresan simpatía alcanzan el 44 por ciento para “un importante conjunto poblacional de 62 por ciento de la población que mantiene lazos con los partidos”, muy superior al 46 por ciento que se registra en la región centroamericana.

Entre afiliación y simpatía el 15 por ciento de la población indica haber desertado de la actividad partidaria, en relación a 5 años atrás. Y de los que aún la mantienen un 27 por ciento dicen haber cambiado de pertenencia y simpatía, en su mayor parte en beneficio del Partido de la Liberación Dominicana, lo que se corresponde con los resultados de los comicios de este año, realizados poco después de la encuesta.

DETERIORO INSTITUCIONAL

El deterioro del gobierno del presidente Hipólito Mejía en su segunda mitad quedó de manifiesto en la Demos 2004, cuando sólo 16 por ciento estimaban que tenía buen funcionamiento, la mitad del por ciento registrado en la de hace tres años, que fue muy superior a las dos encuestas precedentes realizadas durante los gobiernos de Leonel Fernández y Joaquín Balaguer. Un 66 por ciento estimó que el gobierno funcionaba mal en el 2004, también mayor que en el 2001, 1997 y 1994.

Otro indicador de la pobre imagen del gobierno de Mejía en el 2004 es el bajo promedio de confianza, del 23 por ciento que registró, por debajo del congreso que tuvo un 28, de la Policía con 33 por ciento, la justicia 34, los síndicos 35 y los militares que registraron el 39 por ciento, encabezando esos seis organismos gubernamentales.

La Demos 2004 registró una caída en el índice de legitimidad del sistema electoral. Los que no le conferían ninguna legitimidad, pasaron del 7 por ciento en el 2001 al 16. Mientras los que le daban alta credibilidad cayeron del 42 al 19 por ciento. Estos resultados se corresponden con los cuestionamientos formulados a la Junta Central Electoral a lo largo del proceso electoral recién pasado.

Derrumbando las estimaciones de mejoramiento en la justicia dominicana durante los últimos años, la Demos 2004 registra también baja credibilidad en esa institución. Sólo un 24 por ciento considera que la justicia funciona bien o muy bien. El 48 por ciento confía en los tribunales como garantía de un juicio justo y apenas el 22 por ciento confía mucho en que el sistema castigaría al culpable de un delito, lo que tiene que ser relacionado con la impunidad predominante en el país.

Los resultados son escandalosos y ratifican la sensación general de creciente delincuencia e inseguridad en el capítulo donde se pregunta a los encuestados si se sienten menos seguros que hace cinco años. Los porcentajes suben del 42 por ciento en 1994 a 50 en 1997, a 68 en el 2001 y ahora al 75 por ciento, un ascenso de 33 puntos en la década.

La desconfianza total en la Policía Nacional que en la primera Demos marcó 36 por ciento, habiendo descendido al 31 en 1997, ascendió al 39 en 2001 y al 50 por ciento en la investigación de este año. Mientras la total desconfianza en la justicia que había caído del 36 al 31 y 30 por ciento, se elevó ahora al 47 por ciento.

UN BALANCE DESALENTADOR

El informe confirma la percepción generalizada de desbordamiento de la corrupción, encabezando a todos los países de la región centroamericana, superada solamente por México.

El balance general de la encuesta Demos 2004 es desalentador en relación a las reformas y reclamos de la última década en los cuales se ha empeñado una buena parte de las instituciones nacionales, con grandes inversiones en estudios, seminarios y proyectos.

Algunos de los avances que se habían registrado en las investigaciones anteriores de la serie, cayeron significativamente ahora, especialmente en los ámbitos de la Junta Central Electoral y de la justicia.

Reafirman una creciente distancia entre la ciudadanía, los partidos y los organismos de gobierno, especialmente los de elección popular, lo que pondría en peligro el proceso democrático en que viene empeñada la sociedad dominicana.

Tal como consideran los autores del estudio, Ramonina Brea, Isis Duarte y Mitchell Seligson, el desencanto de la política se asocia con la desaparición de una línea divisoria clara entre los partidos políticos y al abandono de la visión de la lucha política en términos de posiciones antagónicas: “el antagonista de otrora se ha convertido en un competidor cuyo lugar se trata simplemente de ocupar, sin un verdadero enfrentamiento de proyectos”.

La Demos 2004 implica grandes advertencias y desafíos para la sociedad dominicana en general y muy particularmente para sus actores políticos.-

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