Al doctor Segundo Imbert

Al doctor Segundo Imbert

Lo conozco por sus escritos en Hoy. Poder Secuestrado se titula su artículo del 28 de noviembre. El Dr. Imbert dice: “Nuestros gobiernos se pudren. Se descomponen. El mal olor y los mimes terminan adueñándose del Estado. Es la maldición de la cual no terminamos de despojarnos”.

Como horrorosa define el Dr. Imbert la perspectiva y alternativa política. “Nuestro voto se tambalea entre el desmantelamiento de una estructura de poder con intenciones claras –establecer un régimen acaudillado- y un ex presidente con un historial “non santo”.

Admiro la franqueza y valentía expresada en este artículo. Pero le digo, con todo respeto, que tenemos que superar eso de “rendirnos ante la realidad”; que ese no puede ser el horizonte de los sectores pensantes, honestos y revolucionarios en la República Dominicana de hoy. Que debemos aunar voluntades para quebrar ese bi-partidismo que usted denuncia como fatalidad y que tanto beneficia a las cúpulas políticas y sociales que han dañado la República. Ese debe ser el objetivo de hombres como usted, y como muchos otros que conozco y respeto pero que actúan también en base a ese mismo horizonte pesimista.

La única forma de empezar a quebrar y superar ese fatal dilema que usted presenta brillantemente en su artículo es utilizando todo nuestro prestigio y voluntad militante para lograr que en las elecciones de mayo lo que podemos denominar alternativo  se convierta en un “partido mayoritario”, como los denomina la Junta Central Electoral; que centenares de miles de dominicanos y dominicanas tengamos la conciencia de que trabajamos para ello, logrando colocarnos por encima de “ese horizonte pesimista”; que esa corriente (no importa que sea más o menos grande) pueda potenciar la oposición política en el país, a sabiendas de que los poderes del Gobierno, del Congreso, la Justicia, y el grueso de los comunicadores, seguirán plegándose, como lo han hecho durante más de cuarenta años, al destino fatal que nos han impuesto.

Cuando esto pase, las cosas empezarán a cambiar. Fíjese que en la República Dominicana no ha habido en los últimos 40 años una oposición política progresista; los enemigos han “comido con su dama”. En estas elecciones hay que quebrar el bi-partidismo, y creo que hombres y mujeres como usted debemos estar, en este momento crucial, en la misma trinchera. Tal como usted percibe, los malos dominicanos han dañado todo, pero los dominicanos y dominicanas tenemos grandes reservas que hoy tenemos que poner en movimiento. Lo central es que a partir de mayo del 2012, las protestas, luchas y denuncias, que siempre las ha habido, empiecen a acumular fuerzas políticas, como ocurrió en nuestro país a partir de junio de 1959.

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