Concluyendo el 2022, es preciso reflexionar sobre nuestra existencia, lo positivo y lo negativo con miras a mejorar o corregir las deficiencia y aptitudes personales negativas, y a fortalecer las conductas éticas y de convivencias social y familiar de nuestro entorno con miras a aportar un grano de arena en la mejoría de la sociedad en que nos ha tocado vivir.
Recuerdo siempre la genialidad de un rompecabezas cuyas piezas correspondían a la figura de un hombre y cuando lograbas armarlo y dabas vuelta a las piezas, al revés, se visualizaba un mapamundis debidamente estructurado con la enseñanza de que cuando se forma correctamente al hombre, el mundo resulta arreglado.
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En estos tiempos de pandemias, conflictos bélicos y estrés colectivo hay que tener presente que la comprensión y la tolerancia son elementos esenciales en la convivencia con nuestros semejantes con quienes podemos llevar una simple discusión a niveles que luego pudiéramos que lamentar.
Muchos conflictos graves empiezan con una simple discusión que puede evitarse con pedir excusa a la parte que se considera agraviada. Recuerde que para que se dé una discusión o pelea se necesitan dos, y usted como persona inteligente y educada, debe evitar ser parte de ese binomio. ¡Feliz Año Nuevo!