OSLO, (AFP) – El ex vicepresidente estadounidense Al Gore, que ayer recibió el Premio Nobel de la Paz junto a un grupo de expertos sobre el cambio climático, pidió a su propio país y a China que cesen de acusarse mutuamente y asuman su responsabilidad con un planeta que «tiene fiebre».
La amenaza ecológica que pesa sobre un planeta «con fiebre» y la civilización humana implica una movilización universal, rápida y ambiciosa, dijo Gore en su discurso de recepción del premio.
EU y China, los principales emisores de CO2 del planeta, «deben dejar de utilizar el comportamiento del otro como excusa para el bloqueo, y en cambio desarrollar una agenda para la supervivencia mutua», dijo.
Ambos países «deberán hacer gestos más audaces, si no quieren ser juzgados por la Historia por su falta de acción», advirtió el ex vicepresidente. Único país occidental que sigue rechazando el protocolo de Kioto, Estados Unidos rechaza cualquier compromiso internacional para reducir las emisiones de dióxido de carbono con el argumento de que penaliza su economía.
China, por su parte, justifica su actitud por lo que considera responsabilidad histórica de los países industrializados en el cambio climático, y su derecho a industrializarse.
En el marco solemne de la sala principal del ayuntamiento de Oslo, Gore aseguró que Washington y Pekín tienen que «desarrollar una agenda para la supervivencia mutua».
La actitud de ambos gigantes no tenía sin embargo visos de cambiar en la reunión de Bali, donde cerca de 190 delegaciones intentan esta semana ponerse de acuerdo sobre una hoja de ruta para prolongar más allá de 2012 los compromisos adoptados con el Protocolo de Kioto.
El presidente del comité Nobel, Ole Mjoes, destacó el carácter particular del premio este año.
«El comité Nobel noruego raramente alza el tono (…) Pero hace mucho tiempo que no ha estado tan preocupado por cuestiones tan fundamentales como las de este año», dijo.