Ginebra (EFE).- Latinoamérica progresa a un ritmo más lento que el resto de regiones en desarrollo en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), afirma un informe presentado ayer por Naciones Unidas, que indica que ese retraso se evidencia sobre todo en la reducción de la pobreza extrema.
El estudio afirma que, en su conjunto, el mundo lograría en 2015 reducir a la mitad la proporción de personas que viven con un dólar o menos al día, que a principios de los noventa representaban el 28 por ciento de la población mundial, mientras que ahora son el 19 por ciento.
Esta tendencia positiva se debe, sobre todo al extraordinario éxito de los países del sur y este de Asia, explicó el subsecretario general de la ONU, Mark Malloch Brown, al presentar un informe que evalúa los avances en la consecución de los ODM, establecidos en 2000 y que como objetivo reducir hasta el 2015 niveles de pobreza, mortalidad infantil, etc., en comparación con los que había en 1990.
Por el contrario, señaló que América Latina lo está haciendo menos bien, ya que la pobreza -medida por un ingreso de un dólar diario- se ha reducido sólo del 11 al 9 por ciento.
En declaraciones a EFE, Malloch Brown analizó el caso latinoamericano, donde dijo que observaba una suerte de frustración frente al liderazgo político y a las instituciones internacionales debido a que las reformas no han provocado mejoras notables en las condiciones de vida de la gente, como sí ha ocurrido en Asia. Consideró que una explicación para ello es la rigidez de la economía, con un nivel sorprendentemente bajo de intercambios comerciales entre los países de la región.
A eso se suma que el nivel de desigualdad estructural es tan alto que buena parte del crecimiento permanece en las elites (nacionales) que son muy ricas, de modo que no tiene el mismo impacto en los sectores menos favorecidos. A ese respecto, el subsecretario general de la ONU opinó que el resultado de las recientes elecciones en Latinoamérica demuestra la frustración de gente frente a esa situación, pero también la voluntad de los pueblos de intentar nuevos enfoques.
Sobre casos como el de las reformas emprendidas en Bolivia por el presidente Evo Morales, Malloch Brown dijo que por ahora hay que esperar y ver cuáles serán sus resultados, aunque se mostró partidario del modelo aplicado por el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva.
Estoy especialmente impresionado por Lula, dijo el subsecretario general de la ONU a EFE, tras elogiar las políticas económicas orientadas al crecimiento, pero que también son ambiciosas en términos de gastos sociales.
No obstante, frente a modelos económicos alternativos, el representante de la ONU dijo que es momento de que todos mostremos un poco de humildad ante los escasos resultados que las reformas económicas de las dos últimas décadas tuvieron en el ámbito social.
Es perfectamente comprensible que Latinoamérica quiera experimentar debido a la frustración de esos pobres resultados, agregó.
Respecto a Latinoamérica, el informe sobre los ODM señala que la proporción de personas que sufren hambre se redujo del 13 al 10 por ciento en el periodo 1990-2003, mientras que la mortalidad de los niños menores de cinco años bajó del 54 por mil nacidos vivos, en 1990, al 31 por mil.
Otros aspectos en los que la región ha experimentado progresos relevantes son el acceso a la educación primaria, que ha pasado del 86 al 95 por ciento en ese mismo período de tiempo, mientras que la proporción de partos atendidos por personal especializado progresó del 72 al 88 por ciento.
En cuanto a la lucha contra el sida, Malloch Brown recalcó que el número de muertes y contagios ha aumentado en todo el mundo, pero también señaló que ahora son más los enfermos que tienen acceso a medicamentos antirretrovirales.
Los pacientes que reciben estos fármacos se han quintuplicado en los últimos cuatro años, pasando de 240.000 a 1,3 millones, indicó.
A nivel mundial, destacó que para 2015 es muy probable que se alcance el objetivo de un acceso universal a la escuela primaria, así como a fuentes de agua limpia para todos.
En este último aspecto se pasó del 71 por ciento en 1990 al 80 por ciento actualmente, aunque hay grandes diferencias según las regiones.
Estamos en el camino correcto, no hay que caer en el pesimismo, dijo Malloch Brown, que reconoció que el escepticismo es comprensible en el caso de Africa subsahariana, donde los avances son muy lentos.