El Cairo,  (EFE).- Al menos veinte personas fallecieron hoy por disparos de las fuerzas de seguridad en el centro de Siria en un nuevo viernes de protestas masivas contra el régimen de Bachar al Asad, informó el Observatorio sirio de Derechos Humanos. En un comunicado, el grupo opositor detalló la muerte de doce personas en la provincia de Homs y de ocho en la de Hama, ambas en el centro del país, que tuvieron lugar después de los rezos que marcaron el inicio de las manifestaciones.

En la mayoría de los barrios de la ciudad de Homs, hubo concentraciones que fueron reprimidas duramente por las fuerzas leales a Al Asad. En el barrio de Baba Amro, por ejemplo, un ciudadano murió por disparos de francotiradores, según el Observatorio.

Las fuerzas del orden también atacaron a los manifestantes en Hama, mientras que en la provincia de Deir al Zur, en el este de Siria, los tiroteos se escucharon a las afueras de las mezquitas de varias zonas. En la provincia septentrional de Idleb, al menos 13 personas fueron detenidas, mientras que se desarrollaron otras campañas de arrestos en la zona de Rif Damasco, en los alrededores de la capital. Por su parte, la agencia oficial de noticias Sana señaló que miles de personas se congregaron en la ciudad costera de Latakia, en el noroeste sirio, en rechazo de la injerencia extranjera.

El régimen de Al Asad considera que los opositores son integrantes de grupos armados que buscan desestabilizar el país con apoyo del exterior y niega las críticas vertidas en el ámbito internacional, donde organismos como las Naciones Unidas y países como Estados Unidos le han pedido que cese la represión violenta contra los civiles.

Estas informaciones no han sido confirmadas oficialmente ni han podido ser contrastadas independientemente debido a las restricciones impuestas por el régimen de Damasco a los periodistas.

Desde mediados de marzo pasado, Siria es escenario de revueltas populares contra el régimen de Al Asad, que se han cobrado la vida de unas 3.000 personas, según las últimas cifras de la ONU. EFE