Al menos 33 muertos en una oleada de atentados contra los chiitas en Irak

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BAGDAD. AFP.- Una oleada de atentados contra la comunidad chiita en Irak causó al menos 33 muertos este viernes, día en que decenas de miles de manifestantes sunitas reclamaron de nuevo la dimisión del primer ministro chiita Nuri al Maliki.

Los atentados se han multiplicado en los últimos días, con más de cien muertos en una semana. Su número ha ido en aumento a medida que se acerca el décimo aniversario de la invasión de Irak por las tropas estadounidenses en marzo de 2003, que provocó la caída del régimen de Sadam Husein. Estas tropas de combate salieron del país en diciembre de 2011.

En Kazimiya, un barrio del norte de Bagdad de mayoría chiita, dos coches bomba estallaron con apenas unos minutos de intervalo cerca de un mercado de pájaros, causando al menos 17 muertos y 45 heridos, según los servicios de seguridad y fuentes médicas.

Los viernes el mercado está abarrotado de gente por ser día de descanso en Irak. Los vehículos estallaron en el aparcamiento contiguo al mercado. Una decena de coches quedaron destruidos por las explosiones.

Un fotógrafo de la AFP vio charcos de sangre y trozos de metal a lo largo de decenas de metros. Situada al norte de la capital iraquí, a orillas del Tigris, Kazimiya alberga una mezquita chiita con los mausoleos de dos imanes reverenciados por esta rama del islam: Musa al Kazim y Mohamed al Jawad.

Al sur de la capital, en la provincia de mayoría chiita de Babilonia, dos coches bomba estallaron en la ciudad de Shomali, matando a 14 personas e hiriendo a otras 49, informaron fuentes de seguridad y médicas. En los alrededores de la ciudad santa chiita de Kerbal, al sur de Bagdad, otro atentado con coche bomba dejó dos muertos.

Por el momento los ataques no fueron reivindicados pero los insurgentes sunitas, sobre todo los de Al Qaida en Irak, suelen tomar como blanco a la comunidad chiita y a las fuerzas de seguridad.

Los actos violentos se redujeron considerablemente desde 2008, pero siguen siendo frecuentes. En las últimas semanas, la violencia ha aumentado la tensión en el país, inmerso en una grave crisis política, con manifestaciones multitudinarias para pedir la dimisión del primer ministro en las regiones de mayoría sunita.

Este viernes, decenas de miles de sunitas se echaron de nuevo a la calle en Mosul (norte), Samarra o Ramadi, capital de la provincia de Anbar, al oeste de Bagdad. Congregados en una parte de la autopista al oeste de Ramadi, los manifestantes gritaron eslóganes que comparaban a Nuri al Maliki con el presidente sirio Bashar al Asad y pidieron la «caída del régimen».

En Baquba, a 60 km al norte de Bagdad, un manifestante, Ahmed al Juburi, declaró a la AFP que el movimiento continuará «hasta que se respeten nuestros derechos». Maliki es el blanco de un movimiento de contestación desde el arresto en diciembre de los guardaespaldas de un ministro sunita. Sus aliados en el gobierno lo acusan, entre otras cosas, de acaparar el poder.

Además de su dimisión, los sunitas, que se consideran «marginados», exigen la liberación de prisioneros injustamente encarcelados, según ellos, y la abrogación de leyes terroristas que estiman lesivas.

Consciente del alcance del movimiento, el primer ministro designó una comisión para responder a las peticiones de los manifestantes y liberó a unos 3.000 prisioneros durante las últimas semanas.

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