Al menos 50 muertos antes del viaje a Siria del emisario Kofi Annan

Al menos 50 muertos antes del viaje a Siria del emisario Kofi Annan

BEIRUT. AFP. Por lo menos 50 civiles murieron hoy en Siria, donde las fuerzas del régimen lanzaron una ofensiva en la provincia de Idleb (noroeste), un día antes de la llegada a Damasco del emisario internacional Kofi Annan.  

Como todos los viernes desde marzo 2011, decenas de miles de sirios salieron a las calles para denunciar al régimen de Bashar al Asad, en especial en Alepo (norte), donde hubo la mayor movilización desde hace un año, informaron militantes y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).  

Antes de su llegada a Damasco el sábado, el emisario de la ONU y de la Liga árabe para Siria, Kofi Annan, consideró que «la solución última reside en una solución política» y advirtió contra una mayor militarización, que agravaría la situación, coincidiendo con lo que desde hace semanas considera Estados Unidos.

En un nuevo contratiempo para el régimen, tras la renuncia de un viceministro, unos diez oficiales de alto rango del ejército, entre ellos generales, desertaron y llegaron hoy a Turquía, según la agencia oficial turca Anatolia y la oposición siria.

Los militares estaban en funciones en bases de Damasco, Homs (centro) y Latakia (noroeste), precisó la agencia, citando fuentes locales en Turquía, donde encontraron refugio unos 12 mil sirios desde marzo 2011, cuando estalló la revuelta contra el régimen de Bashar al Asad.  

Por su parte, la responsable de las operaciones humanitarias de la ONU, Valerie Amos, declaró el viernes en Ankara que logró un acuerdo con el régimen sirio para una «misión de evaluación humanitaria preliminar» en las zonas de conflicto en Siria.

Tras este anuncio, China ofreció a Siria una ayuda humanitaria de dos millones de dólares, según la prensa oficial. Según la ONU, 1,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y hay más de 25.000 refugiados en los países vecinos.  

En el plano diplomático, Rusia, aliada desde hace tiempo del régimen de Bashar al Asad, anunció este viernes antes de una reunión en El Cairo entre el canciller Serguei Lavrov y Kofi Annan, que Moscú se opone a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.

El sábado Lavrov se reunirá con sus homólogos de los países miembro de la Liga Árabe. Antes de su misión en Damasco, Annan advirtió contra una mayor militarización que agravaría la situación.  

Según el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, Annan se reunirá el sábado «por la mañana» con Asad y dejará Damasco el domingo luego de un encuentro con responsables gubernamentales y de la «sociedad civil». Se dirigirá luego a otros países de la región y se reunirá «con dirigentes de la oposición fuera de Siria».

Ban dio «tres prioridades» a la misión de Annan: «un alto el fuego inmediato», «una solución política global» y un «acceso a la ayuda humanitaria».   La tarea de Annan será complicada dadas las posiciones antagónicas de los protagonistas.

El régimen de Asad no reconoce la amplitud de la protesta y dice tener el «respaldo del pueblo sirio» para aplastar las protestas, que asimila a «actos terroristas cometidos por bandas armadas». La oposición por su parte se rehúsa a todo diálogo con Asad y exige su partida.  

Además, las divisiones internacionales persisten. Moscú rechazó un nuevo texto estadounidense en el Consejo de Seguridad que exigía del régimen un cese «inmediato» de la violencia y llamaba a la oposición a «abstenerse de toda violencia» en caso en que el poder se pliegue a las exigencias de esta resolución.

Moscú y Pekín vetaron dos resoluciones contra el régimen de Asad, a pesar de que continúe la violencia, que dejó 8.500 muertos, en su mayoría civiles, según el opositor OSDH. Estados Unidos «no es demasiado optimista» sobre la posibilidad de una nueva resolución del Consejo de Seguridad.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, continuará las conversaciones con Lavrov el lunes en el Consejo de seguridad de la ONU.   En el terreno la violencia dejó al menos 50 civiles muertos.

Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), las fuerzas sirias concentraron su represión en Idleb (noroeste), Homs (centro) y Hama (centro).   La ofensiva más sangrienta se produjo en la provincia rebelde de Idleb, en donde al menos 24 civiles murieron. 

El ejército tomó en la mañana por asalto varias poblaciones de esta provincia de Idleb, «lanzó una campaña de allanamientos en las ciudades de las zonas agrícolas y persiguió a los desertores», según la ONG.  

Desde hace días, los militantes temen una operación contra ese bastión rebelde, parecida a la realizada a Bab Amr, barrio de Homs (centro) retomado por el ejército el 1 de marzo tras haber sido devastado por cerca de un mes de bombardeos. Más de 700 personas murieron en esos ataques, según la OSDH.

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