Bagdad, 8 jun (EFE).- La violencia se recrudeció en Irak y segó la vida de al menos 20 personas, 14 iraquíes, un soldado de EEUU y cinco soldados de la coalición internacional, horas antes de la votación en el Consejo de Seguridad de la ONU de un proyecto de resolución para la devolución de la soberanía al país árabe.

Las muertes fueron provocadas por la explosión de dos coches bomba esta mañana en las ciudades de Baquba y Mosul, horas antes de que cinco soldados bajo mando polaco fallecieran al estallar las minas que desactivaban al sur de Bagdad.

El primer ataque, lanzado por un suicida, tuvo como blanco una base de las tropas estadounidenses en el antiguo aeropuerto militar de Baquba, a unos 50 kilómetros al noreste de la capital, donde se informó de la muerte de cuatro iraquíes y un soldado norteamericano.

Según fuentes policiales y portavoces militares, al menos 16 iraquíes y tres soldados estadounidenses resultaron heridos en la explosión que se produjo sobre las 8.00 hora local (4.00 GMT) cerca de la entrada principal de la instalación militar, cuando numerosos iraquíes estaban en una cola para pedir trabajo.

El ataque en Baquba fue seguido una hora más tarde por otro atentado con coche bomba en Mosul, a unos 400 kilómetros al norte de Bagdad, donde al menos diez iraquíes murieron y alrededor de un centenar resultaron heridos.

Según las fuentes policiales, el atentado de Mosul estaba dirigido contra el alcalde de la ciudad, Salem al Hay Isa, quien salió ileso, aunque varios de sus guardaespaldas figuran entre los heridos.

Algunos testigos presenciales aseguraron que el coche, un taxi, llevaba a tres personas dentro, y que estaba aparcado cerca del edificio del ayuntamiento, esperando la llegada de los vehículos oficiales para ser detonado.

El departamento estadounidense de la Energía (DoE) y el Instituto norteamericano del Petróleo (API) deben publicar el miércoles a las 14H30 GMT sus estimaciones sobre el nivel de las reservas petroleras estadounidenses en la semana que se terminó el 4 de junio.

Los analistas estiman que habrá un aumento de 2 millones de barriles de gasolina y 1,5 millones de barriles de crudo como reserva. La semana pasada, el DoE y el API habían dado cuenta de importantes alzas de esas reservas, lo que hizo bajar los precios.

Si se confirman las previsiones de los analistas, ésto debería aliviar un poco el mercado y hacer bajar aún más los precios, advirtieron los analistas.

Los temores del mercado se refieren a una escasez de gasolina durante el verano (boreal) en Estados Unidos, debido a un aumento del consumo en razón de las vacaciones.

El martes pasado, el crudo en Nueva York había alcanzado un record histórico de 42,45 dólares en la sesión electrónica, mientras el Brent en Londres llegó hasta los 39,12 dólares, su nivel más alto desde octubre de 1990.

Para los analistas, la violencia en el Medio Oriente sigue siendo un elemento que hace mantener elevados los precios. A ésto hay que agregar la inestabilidad política en Venezuela y el riesgo de una huelga general a partir del miércoles en Nigeria, sexto productor mundial.

El lunes, el precio oficial de la canasta de la OPEP, promedio de siete crudos mundiales, estaba a 34,64 dólares el barril, contra 34,94 dólares el viernes, según la OPECNA, la agencia de información del cartel.