Hoy 
El Archivo General de la Nación, que registra documentalmente el acontecer, está desde hace casi dos decenios en un exitoso proceso fortalecedor de sus métodos de trabajo para que no escape a sus dominios ninguna información o hecho que merezcan ser parte de la historia dominicana. Un incesante acopio de actos, impresos, voces e imágenes para la preservación patrimonial de la dominicanidad, tangible e intangible a la vez, acrecentado con el paso de los años para ser servido en su valor físico e intelectual a presentes y futuras generaciones.
Testimonios sobre el pasado y el presente de creciente utilidad para diversos fines de la sociedad, no solo académicos y educativos; organizados y clasificados con rigor para el máximo aprovechamiento. La memoria compactada y fiel de todo un pueblo.
La ingente función recopiladora de textos y otros objetos de mérito a cargo del Archivo General de la Nación plantea para mediano plazo disponer de mayor espacio para el reto de proseguir la búsqueda de más apuntaciones del discurrir nacional reservada para la detección en ámbitos privados de reconocidas trayectorias en la sociedad. La ingeniería para lograrlo ya está concebida y en viabilidad.
Localmente, y con entidades del exterior en posesión de materiales fidedignos para enriquecer sus importantes colecciones, el AGN ha forjado vínculos que ensancharon sus horizontes. Logra tener a salvo las piezas que identifican y certifican la realidad dominicana.
