¡Al volante no se distraiga!

¡Al volante no se distraiga!

Nunca se han preguntado porqué ocurren accidentes en rectas, vías con gran visibilidad, en buenas condiciones climáticas y, en general, en circunstancias climáticas buenas.

La respuesta se encuentra en el hecho de que casi el 90% de las causas de los accidentes de tránsito se deben al factor humano y, entre ellos, un gran porcentaje se debe a la falta de atención, o mejor aún, a la distracción de los conductores.

Cuando se maneja un vehículo debemos de estar pendiente de una serie de situaciones concernientes a la conducción: los vehículos que van adelante, los semáforos, los peatones, etc., los cuales requieren de concentración, y estar siempre alerta ante una situación de peligro.

Sin embargo, cuando normalmente manejamos realizamos acciones diversas a la conducción, aparentemente sin importancia, las cuales nos hacen apartar los ojos de la vía o una mano del volante. Actividades como sintonizar el radio, prender un cigarrillo o buscar algún objeto nos puede quitar un ‘tiempo de oro’ -que puede ser tan solo de un segundo-, pero durante el cuál no tenemos el control del vehículo. Esto provoca generalmente la desviación de la trayectoria respecto al carril ideal, provocando un mayor tiempo de reacción frente a un peligro.

Por ejemplo, si un automóvil se desplaza a una velocidad de 60 kilómetros por hora, en un segundo el vehículo recorre 17 metros y, en caso de distracción y perder el control, no se tendrá el tiempo ni el espacio para realizar ante una maniobra de emergencia.

Un factor importante que provoca distracciones en algunos conductores es pensar en cosas que nada tienen que ver con la conducción, lo cual aumenta el tiempo de reacción del conductor. Otro hecho que implica una distracción es la utilización del celular, especialmente si el conductor necesita sujetarlo con la mano.

A continuación algunas causas de distracción al volante.

Comer o beber mientras se maneja. Prender o apagar un cigarrillo. Prender el radio y colocar discos compactos. Hablar con los pasajeros volteando la cabeza. Jugar con un niño o un animal. Hablar por el celular. Manipular los instrumentos de abordo. Dejar divagar la mente (monotonía). Fijarse en los alrededores. Preocupación y cansancio y, sobre todo para los hombres, tirar piropos a muchachas.

No olvide que una pequeña distracción puede provocar un accidente. Lo más importante es estar siempre atento mientras se conduce, respetar las normas de tránsito y así llegar a su destino sin percance alguno.

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