Alan y la roca que liberó a la juventud

Alan y la roca que liberó a la juventud

POR ALEXIS MÉNDEZ
En ocasiones, Alan escuchaba los temas de música country que prefería su padre, como los de The Carter Brothers y Woody Guthrie; pero hasta un punto, porque luego se aburría. Eso lo llevaba a sintonizar emisoras de rhythm & blues, y escuchar las voces de Fat Domino, Nat King Cole y Little Richard.

Así aprendió a valorar los dos renglones en que se encasillaba toda la música norteamericana de los años cuarenta: El de los blancos, y el de los negros.

También se aburría con la monotonía de la radio, por lo que un día se propuso revolucionarla. Cuando tuvo la oportunidad de trabajar en una emisora, empezó a mezclar la música de los negros y la de los blancos que había aprendido a escuchar por separado. Los jóvenes que empezaron a seguir su programa pronto se sintieron identificados con las dos expresiones, sin importar diferencias raciales. Por todos lados se hablaba de Alan Freed, un adolescente que para 1953 había cambiado la radio musical, y que para muchos era un “mocoso”que desafiaba el stablishment. Se hablaba de aquel “Blanquito” que colocaba música negra. Por otro lado muchos negros querían saber si aquello era una burla del “Chico” o en verdad rendía tributo a sus oscuros talentos.

En una ocasión, mientras conducía, fue impactado por una piedra, la cual llevaba una nota  en la que se le amenazaba con sacarlo del vecindario si seguía haciendo aquel programa. Esa fue la roca que rompió el cristal que encerraba a los jóvenes norteamericanos. Alan que todavía no había puesto nombre al espacio, sacó provecho a la situación, y lo bautizó con el nombre de “Rock and roll”.

El programa empezaba a influenciar a los muchachos, tanto negros, como blancos, que se iniciaban en la música. Estos empezaron a tomar ingredientes de todo lo que oían. Así nació una especie de blues rítmico, de doce compases y rico en variaciones. El primer trabajo conocido fue el tema “Crazy, man, crazy”, compuesto e interpretado por un adolescente blanco, representante del prototipo americano. Este se llamaba Bill Haley.

Muchos nombres fueron colocados, pero al final, el nuevo ingenio musical adoptó el nombre del programa de Alan: “Rock And Roll”. Este se consolidó cuando Bill Haley grabó el tema que destapó la euforia: “Rock around de clock”. El mismo Bill grabó una versión en español, “Al compás del reloj” (1955), la cual entró a México y se extendió por todo los países hispanos. “Rock around the clock” logró estar en el primer lugar de ventas durante dos meses en Estados Unidos, en una lista de 43 interpretaciones. En Inglaterra vendió más de un millón de copias y también ocupó la primera posición de los diferentes “Hit parades”.

Los músicos negros fueron los primeros en añadirse a la nueva corriente. Los blancos lo hacían tímidamente, pero al finar accedieron. A partir de entonces, no solo se hablaba de música de negros ni de blancos. El mercado había tomado un rumbo generacional, porque “Rock and roll” se constituyó en el arte de los jóvenes. Fue su válvula de escape, su forma de criticar los errores que había cometido la sociedad que los formaba.

Todos esos acontecimientos convirtieron a Alan en un famoso promotor, que organizaba los más ambiciosos eventos para el género. Llegó a participar en la película “Rock around de clock” junto a Bill Haley, y otras más. Aquel mozalbete que quiso ser diferente, cambió el rumbo de la sociedad de su país sembrando la semilla que impulsó lo que muchos han calificado como “la revolución sociocultural más importante del siglo XX: “El rock and roll”.

—-

programamusicamaestro@yahoo.es

Publicaciones Relacionadas

Más leídas