Alanis se ha cortado el pelo y defiende que es una terapia. A más de uno le podría sugerir un simple hecho rutinario, pero para una de las autoras más intimistas y existenciales de la música rock, es una manera de desnudarse y aceptarse como es. Inspirada por el budismo y las religiones orientales, la canadiense ha logrado un karma usual en las estrellas de la música hastiadas con el entorno. Además, consigue reivindicar un mensaje de paz y comunicación en tiempos que considera fundamentales.

La rueda de prensa que ofreció con motivo de la publicación de su disco «So Called Chaos», el quinto trabajo, estuvo repleta de medios que querían hacerse eco de ese cambio que vive. La corsetería de sus nuevas canciones es más pop que nunca, con detalles electrónicos para bailar y alguna guitarra contundente. «Se refleja en la música aunque sigo amando las guitarras», mantiene entre risas.

[b]Un mundo llamado caos[/b]

[b]- ¿A qué hace referencia el título de este disco?[/b]

El título tiene tres significados: cómo me ha percibido la gente en determinados momentos, porque soy bastante caótica; lo adicta que soy al trabajo –una ‘workaholic’ y, en último lugar, cómo sería el mundo sin gobiernos.

[b]- En este disco se habla de cambio, ¿en qué consiste?[/b]

Ahora tengo mejores herramientas para hacer balances y enfrentarme a los desafíos, pero nunca estoy totalmente en paz o totalmente enfrentada con el mundo. La conclusión es que una de las cosas fundamentales es que todos deberíamos comunicarnos de forma más pacífica. Los dos últimos años de mi vida los he utilizado en encontrar las distintas partes que hay en mí; lo estúpido y lo brillante, lo vergonzoso y lo exhibicionista. Me cuesta querer a todas y lo estoy consiguiendo. Por eso, siento una gran paz interior.

[b]- ¿Qué ha inspirado ese cambio?[/b]

Creo que la inspiración que me viene de la pareja la trasciende. Consiste en ver desde un punto común y personal el universo. Las conversaciones que mantenemos nos muestran cómo estamos conectados con el entorno. Hay mucho humor y nos tomamos como un regalo esas cosas que nos influyen para extrapolarlo a la idea de lo que son las relaciones internacionales o el resto de las personas. Es un modo de ver cómo evolucionamos.

En definitiva…

Ahora, en mi vida personal soy menos impulsiva y agresiva, aunque más tranquila.

A tijerazos

[b] – La interpretación es un registro que ha tocado en diversas ocasiones. ¿Ayuda en la música?[/b]

La interpretación me ha ayudado, en particular, en el momento de actuar en escena. Me ha dado más confianza en mí misma en el instante de tomar contacto visual con la gente. Es mi parte más masculina. Es un modo de no esconderme, algo que antes conseguía con mi larga cabellera. Decidí cortarme el pelo para renunciar al escondite. El primer tijeretazo me lo dí en la entrega de los Oscar y durante la gira me fui cortando mechones hasta que empecé a sentirme enferma (risas).

[b]- ¿Qué opinión tiene acerca de los últimos acontecimientos en torno a la Guerra de Irak?[/b]

España es un ejemplo positivo de democracia. Cómo un pueblo y su voz colectiva pueden influir y tener un impacto, algo que en Norteamérica es harto difícil. Es excitante encontrar esta demostración democrática emocional.

[b]- ¿Cómo decidió colaborar con Pau Donés de «Jarabe de Palo»?[/b]

Vi el video «Bonito» y me pareció tan elegante y bello que me enamoré de él. Es un hombre simpático y transmite calidez. Entonces le pedí que colaborara conmigo y por eso realiza un ‘cameo’ en el clip de «Everything».

[b]- Sus ‘fans’ afirman que habrá disco acústico al margen de éste…[/b]

Estoy trabajando con la idea de un acústico posterior a este disco. Puede que salga este año y lo distribuyamos a través de Internet. No obstante, la gira que me ocupa hasta septiembre será eléctrica. Más tarde, los conciertos acústicos me pondrán más directamente en contacto con el público porque creo que son más cálidos.

[b]- ¿Continua con sus proyectos cinematográficos?[/b]

Estoy participando en el filme `Dead Lovely’ en el que canto, actúo y bailo. Probablemente estará en pantalla en verano y le doy la réplica a Kevin Kline. La película está basada en la vida del músico Cole Porter y yo aparezco como una de sus musas.

[b]Mística e íntima[/b]

«Jagged Little Pill» (1995), el primer álbum de Alanis Morissette, rompió moldes en cuanto a lo que una artista femenina podía decir. Íntimo, psicológico y de gran impacto comercial, este disco traspasó las fronteras norteamericanas alcanzando unas ventas en torno a 30 millones de copias en el mundo. La cantante canadiense –moderadamente conocida en su país como solista y actriz se convirtió en un revulsivo existencial para adolescentes y adultos pues, a pesar de tener tan sólo 21 años en ese momento, la calidad de sus letras y los sonidos rock de su música le abrieron un hueco en el panorama internacional.

Maverick –la discográfica de Madonna– fue la que fichó este trabajo y con él que la canadiense inició una carrera prolífica en el ámbito del arte y las obras benéficas. Cine, teatro, campañas solidarias y un largo etcétera han proliferado estos últimos años.

«Jagged Little Pill» ganó varios Grammy, en las categorías de Mejor Álbum del Año, Mejor Álbum de Rock o Mejor Interpretación Vocal Femenina, entre otros. «Supposed Former Infatuation Junkie» (1998), «Unplugged» (1999) y «Under Rug Swept» (2002) llevaron la firma de Alanis.

Las apariciones en las series televisivas «Sex and the City» y «Curb your enthusiasm» así como en obras de Broadway del tipo de «Los monólogos de la vagina» y «The exonerated» o el papel de Dios en la película «Dogma» del director Kevin Smith, nos revelan a una mujer comprometida.