Las 95 muertes por dengue que registra la Dirección de Epidemiología preocupan a las autoridades, quienes ayer advirtieron a los jefes de pediatría de todos los hospitales del país que no deben permitir una muerte más por una enfermedad que debe tener seguimiento permanente.

El doctor Ramón Alvarado, director del Servicio Nacional de Salud, dijo a los médicos que es inadmisible la alta mortalidad por el dengue. El 90 por ciento de las 95 muertes son menores de 15 años.

El funcionario instruyó a que en lo adelante todo paciente con fiebre que llegue a los hospitales reciba una vigilancia especial y que no se espere que presente signos de gravedad para prestarle atención, pues es una enfermedad que amerita vigilancia permanente.

En ese sentido, instruyó a los jefes de esos servicios a que se reúnan en sus hospitales con todos los pediatras y los médicos internistas para que se mantengan permanentemente prestando servicios en las unidades de atención especializadas de dengue que se han abierto en esos centros de salud.

Los pacientes no se mueren si los médicos están encima del paciente, pero la actual mortalidad preocupa, aseguró el doctor Alvarado al hablar a los pediatras e internistas de los hospitales.

Se ha demostrado que el tratamiento del dengue es vigilancia, se requiere acetaminofén para el control de la fiebre y líquidos o suero cuando sea necesario.
“Cuando estamos encima del paciente no se nos muere”, dijo Alvarado, lo cual fue testimoniado por el doctor Julio Cabrera, director de la Unidad de Dengue del hospital Arturo Grullón, de Santiago, un centro que tiene seis años sin mortalidad por esta causa.

Dedicar tiempo. Los especialistas en esta enfermedad tropical insisten en que se trata de una enfermedad de “encima”, lo que implica estar encima del paciente todo el tiempo.
“